La euforia actual del Real Madrid y la depresión del Barcelona se someterán en los próximos días a una prueba implacable que tendrá a su juez más severo: la Liga de Campeones.

La competición europea más prestigiosa resolverá a partir de esta semana su cuadro de cuartos de final y a él acudirán Real Madrid y Barcelona, cada uno con sus diferentes estados de ánimo. Pero bastan 90 minutos de Champions para cambiar tendencias... o agudizarlas.

El Real Madrid viajó ayer mismo a Manchester en su mejor momento de la temporada tras ganar dos partidos al Barcelona en una misma semana. Pero de poco le servirá si cae mañana martes ante el United en lo que es todo un match-ball.

"Este doblete contra el Barça va a repercutir de forma importante en la moral y la confianza para el decisivo partido en Old Trafford. Los jugadores se han cargado de razones y se sienten capacitados para seguir con esta inercia ganadora", resumió ayer el diario Marca.

El Real Madrid se cargó de razones para creer en el pase después de vencer en dos clásicos muy distintos.

Si el martes arrolló al Barcelona en la Copa del Rey (1-3 en el Camp Nou), el sábado venció 2-1 en la Liga BBVA después de jugar más de la mitad del encuentro con un equipo lleno de suplentes y sin Cristiano Ronaldo.

La incógnita es saber qué rendimiento ofrecerá ante un Manchester United cuyo estilo es muy diferente al del Barcelona. Porque de todos es conocido que el conjunto de José Mourinho sufre ante un rival que se cierra, como se vio en la ida, cuando el equipo inglés sacó un 1-1 provechoso con una táctica defensiva.

El momento anímico del Real Madrid contrasta con el del Barcelona, sumido en un pozo del que no sale.

Quién lo iba a decir hace sólo un mes, cuando el conjunto catalán afrontaba con plena confianza la posibilidad de hacer triplete esta temporada, como en la época más dorada y cercanísima con Pep Guardiola al timón. Pero ya voló la Copa del Rey, la Liga de Campeones está muy difícil después del 2-0 ante el Milan en el encuentro de ida e incluso hay quienes temen, tremendistas ellos, por el título de Liga.

El Barcelona inició su descenso al precipicio el 20 de febrero, con esa clara derrota en San Siro para sorpresa de todos. Desde entonces, el equipo azulgrana permanece en un estado de shock del que no acaba de salir.

La nueva consigna instalada en Barcelona es "no mirar atrás". La propuesta es trabajar a futuro, con la mente concentrada en el 12 de marzo, cuando el Camp Nou se llenará en un intento de alentar una remontada histórica ante el Milan.

"Es una situación complicada pero no irreversible. Tiene diez días para solucionarlo. O eliminan al Milan en Champions, o por el contrario su final de temporada, a pesar de la Liga, será decepcionante", opinó ayer el diario Sport.

Así pues, la Liga de Campeones marcará con qué estado de ánimo afrontarán Real Madrid y Barcelona el final de temporada. Noventa minutos son suficientes para reforzar tendencias o provocar vuelcos impensados.