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Carranza asiste a una fiesta Real

  • Gran jornada El campo gaditano acoge una excelente entrada de público y disfruta con la mejor versión del fútbol Desmoralizada La afición cadista acaba cabizbaja mientras presencia la celebración del rival

"Mal día para volver al Carranza". Muchos aficionados del Cádiz que ayer firmaron su tregua particular para estar con el equipo, recibieron a cambio una gran decepción en forma de derrota. Las 14.000 almas que ayer inundaron las tres gradas en pie del Carranza bañaron de grandeza un partido de Segunda A, un partido de plata en la Tacita. Enhorabuena a los cadistas por creer en el peor proyecto de equipo en una temporada horrible. Y la misma felicitación para la colonia donostiarra de Cádiz, líder también en comportamiento y deportividad.

El Carranza ofrecía dos aspectos novedosos, pero el mismo calor del último mes. La Tribuna es ya por completo historia, mientras que uno de los marcadores recuperó su funcionalidad en la esquina de Fondo Norte con Preferencia. Más vale tarde que nunca. Con la desaparición del resto de Tribuna que permanecía en pie, en la Plaza de la Habana (en la antigua bolera) también se agotó el papel -como en las taquillas del Carranza- y se contaban por decenas las personas que seguían el partido. No menos era el palco de la avenida.

La clase que ayer demostraron cadistas y donostiarras fue enorme, compartiendo grada, pasión y cánticos que fueron el mejor producto que se puede exportar en un fútbol actual tan cargado de malos modos y violencia. En este apartado lo más negativo fueron los lanzamientos de papeles sobre el área visitante y los insultos al realista Diego Rivas, al que no perdonaron su pasado cadista en la temporada del último descenso a Segunda B.

El encuentro dejó una bronca espectacular de Espárrago a Tristán, que ayer fue el más aplatanado de todos. Y la aparición de la Virgen de los Milagros -la misma del Cádiz-Murcia- en un clamoroso error de Mikel ante la portería de Dani Miguélez.

La caída de los goles fue dinamitando la moral amarilla y aumentando la blanquiazul. Y eso que el ex cadista Pablo Sánchez echaba un cable marcando en el Carlos Belmonte de Albacete. Tras el 0-3, Carranza parecía un tanatorio. Todo estaba consumado... en esta jornada. Y la radio daba malas noticias: "Gol del Murcia, victoria del Girona y empate agónico del Huesca".

El morenito Ogbeche quiso poner la luz en una tarde que se cerraba pero su gol tuvo poca celebración ante el desánimo general. Tras el pitido final, fiesta realista con sabor a ascenso y lágrimas en muchos seguidores cadistas. Pese a la diferencia de sentimientos, las dos aficiones demostraron ser de Primera.

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