Serena Williams logró su octavo título en el Abierto de Miami al pasar por encima de Carla Suárez, que, en su primera final de un Masters 1.000, nada pudo hacer para detener el vendaval de tenis que se le vino encima (6-2 y 6-0).

La número uno del mundo puso en marcha la maquinaria Williams durante 56 minutos, y, con 26 golpes ganadores más que la canaria y un 95% de efectividad de su primer servicio, ganó su segundo título del año tras el pasado Abierto de Australia.

Suárez aguantó hasta el 2 iguales y, desde ese momento, la pequeña de las hermanas Williams le endosó 10 juegos seguidos en un partido sin apenas ritmo, pues los puntos se cerraban en tres o cuatro golpes.

Al inicio del choque, Williams impuso la rotundidad de su saque para marcar las diferencias, mientras Suárez, con menos potencia, sacaba adelante como podía sus servicios. La estadounidense no quiso entrar en un intercambio de bolas que beneficiara a la española. Por eso, si su saque no le ponía en franca ventaja el juego, enseguida intentaba un golpe ganador (29 en total).

En el sexto juego se acabó el choque. Williams rompió el servicio a española, que, en su búsqueda de bolas muy profundas, erró en varios golpes que se fueron más allá de la línea de fondo. Apoyada de nuevo en su saque, la norteamericana confirmó el quiebre del servicio y puso pie y medio en el segundo set, que cerró tras romper nuevamente el saque a la canaria.

Y es que no era el día, o la rival estuvo inexpugnable, para que Suárez pudiese repetir la victoria sobre la otra de las hermanas Williams, Venus, a la que ganó en cuartos de final. La historia tampoco le era propicia, con cuatro derrotas ante Williams, todas ellas abultadas, y con una número uno del mundo imbatida en lo que va de año y que suma 21 triunfos consecutivos.

En su segunda final del año, tras la de Amberes en febrero -en la que no pudo participar por molestias físicas-, Suárez apenas logró tres golpes ganadores y un 26 por ciento de puntos con su segundo saque.

Daba igual lo que pasase en su lado de la pista, pues Williams estaba imparable y en el segundo acto volvió a demostrar la diferencia entre ambas raquetas. Primero tiró de saque para levantar un juego en el que la española dispuso de su único punto de break y después le hizo dos juegos en blanco para romperle el servicio.

Con 3-0 en el marcador, la tercera tenista española que más alto ha llegado en el ranking de la WTA, tras Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, se rindió y dejó que pasasen los juegos lo antes posible. En cualquier caso, la próxima semana subirá al décimo puesto de la clasificación WTA.

Así las cosas, la pequeña de las hermanas Williams ha perdido en Miami sólo siete de los 80 partidos que ha disputado en el torneo del sur de Florida.