Toca pasar página. No queda otra. El Cádiz B inicia hoy el denominado camino largo de la fase de ascenso a Segunda División B, el que otorga una segunda oportunidad a los campeones que no consiguen el objetivo en el primer cruce entre líderes de grupo, y lo hace ante otro filial, el Alavés B, con el reto de dejar atrás el varapalo sufrido contra el Teruel y la necesidad de reencontrarse con el gol para continuar soñando con lo que supondría un hito en la historia del club, que nunca ha tenido a su segundo equipo en la categoría de bronce.

La empresa se antoja harto complicada por la diferente situación en la que llegan los contendientes. El cuadro amarillo debe reponerse del disgusto que supuso no ser capaz de superar el obstáculo de los aragoneses, que se impusieron por la mínima en El Rosal y una semana después hicieron valer en su campo el 0-1 de la ida con un empate sin goles. Los vascos, por su parte, llegan a la cita crecidos por lo acontecido en la primera eliminatoria del play-off, en la que mostraron su poderío ofensivo para remontar contra el Laredo. Así, pese a caer en tierras cántabras por 3-2, en la Ciudad Deportiva de Ibaia ofrecieron su mejor versión para seguir adelante merced a un 4-1.

Precisamente los números en ataque se han convertido en la principal preocupación del B cadista, que no sólo no vio puerta en los dos enfrentamientos con los turolenses sino que evidencia síntomas a tener muy presentes desde el último tercio de la Liga regular. En efecto, el filial gaditano únicamente ha anotado más de un gol en un encuentro de sus últimos 16, sólo en uno, el que daba carpetazo a la competición contra el Xerez Deportivo (3-0) y que permitió atar la primera plazadel Grupo X.

El dato, en principio simplemente eso, un dato, no deja de llamar la atención e invita a reflexionar sobre qué tipo de eliminatoria precisan los pupilos de Baldomero Hermoso, Mere, para contar con opciones reales de clasificación para la tercera eliminatoria, la final por el ascenso a Segunda B. De este modo, la seguridad defensiva se vislumbra como la clave del éxito. Salvo sorpresa mayúscula, el Cádiz B pasará de ronda si en el cruce no se marcan muchos goles y mantiene a buen recaudo su portería. Caso contrario, mal asunto.

El técnico, con las bajas por lesión de Braganza y Momo, que no viajaron ayer con la expedición, asegura que el equipo "ha pasado página" y que la derrota con el Teruel ha servido para madurar: "Ha sido doloroso perder una final, pero nos ayudará la experiencia; hay que pelear por volver a jugar una final que permita el ascenso". Sobre el rival, resalta su "calidad" y también destaca a "jugadores de ataque con facilidad para desequilibrar y mucho gol".