Duelo de filiales. Ello significa descaro, juego atrevido, defensas adelantadas y mucho toque de balón, en definitiva sinónimo de buen fútbol. Muchos de estos factores se pusieron en liza en la primera derrota en casa del Cádiz B en esta temporada, segunda en lo que llevamos de curso. El Sevilla C dio muestras de su gran pegada en ataque y se llevó un botín inmerecido, ya que los pupilos de Jesús Casas hicieron méritos para llevarse como mínimo un empate de El Rosal.

Los inicios de temporada habían sido muy distintos para ambos equipos. El filial cadista venía de recibir una goleada en Villanueva, que lo había trasladado a la última posición de la tabla clasificatoria. Por su parte, el Sevilla C, equipo nuevo en la categoría, ganó en casa con solvencia y llegaba con la tranquilidad que otorga el debutar con victoria. Caso muy meritorio el del Sevilla, que ha demostrado que tiene una plantilla para luchar por el ascenso. No deja de sorprendernos la fábrica hispalense, probablemente la más productiva de los últimos años en España. Por ello, los compases iniciales del partido fueron un reflejo del buen trabajo de cantera que se desarrolla en Nervión.

El equipo entrenado por Diego Rodríguez empezó a dominar la media y apoyado en sus bandas llevaba peligro a la portería de Dani. Con esta dinámica de juego, no tardó en llegar el primer aviso visitante, que se trató de un gol anulado a Moisés García por apoyarse en un defensor amarillo para rematar.

Para más inri, el Cádiz B veía como un codazo sacaba del terreno de juego a Bienve, que hasta ese momento era el único que había llevado algo de peligro a la portería visitante, gracias a su movilidad. Un poco antes de que acabase la primera mitad, Flores dispuso de la mejor oportunidad local con una falta botada desde el lateral del área que se topó con el palo.

El inicio de la segunda mitad no puso ser más perjudicial para el equipo entrenado por Jesús Casas. Y es que aún no se habían acomodado los espectadores tras el descanso, cuando una espectacular chilena de Carreño desde dentro del área adelantaba a los visitantes.

El gol encajado tocó la moral del Cádiz, que ayudado por los cambios que introdujo su técnico se lanzó al ataque en busca del empate. En esos cambios destacó Javi Catalán, que adoptó el rol de revulsivo. Sus incursiones por la banda derecha despertaron a un equipo, que aún mostraba daños morales del correctivo recibido en Villanueva. No obstante, los cambios dieron otro aire al equipo, lo que se tradujo en un carrusel de ocasiones desaprovechadas. Sandro en varias ocasiones y Luimi y Guedes de cabeza rozaron el gol, pero la mala puntería y las buenas estiradas del meta sevillista impidieron la llegada del ansiado tanto.

El Cádiz B mejoró en la segunda mitad, pero careció de una puntería que coloca al Sevilla C en los puestos de cabeza, mientras tanto el filial amarillo seguirá en la cola, pero sabiendo que esto sólo ha hecho más que empezar.