Atletismo

Bolt cumple los pronósticos y revalida su oro de 200 metros

  • El jamaicano se impone sin problemas a sus compatriotas Blake y Weir, que completan un histórico triplete. El keniata Rudisha batió su propio récord en la prueba de 800.

El jamaicano Usain Bolt se convirtió, con 25 años, en leyenda viva del atletismo al repetir, con su victoria en la final de 200 metros, el doblete de la velocidad olímpica con el que hace cuatro años asombró al mundo en los Juegos de Pekín. Bolt (19.32), Yohan Blake (19.44) y Warren Weir (19.84) han dado a Jamaica un triplete cuyo precedente data de los Juegos de Atenas 2004, cuando los estadounidenses Shawn Crawford, Bernard Williams y Justin Gatlin coparon el podio.

En 100 metros han repetido título olímpico los estadounidense Carl Lewis (Los Ángeles 84, Seúl 88) y Gail Devers (Barcelona 92, Atlanta 96). En 200, la jamaicana Verónica Campbell (Atenas 2004, Pekín 2008), pero el doble-doble de la velocidad es un logro sin precedentes en los anales del rey de los deportes.

Cinco días después de coronarse campeón de 100 metros con la segunda mejor marca de la historia (9.63), Bolt ha vencido en 200, aunque no pudo con su récord mundial (9.58), ni tampoco con su récord olímpico (19.30). Bolt partió en 180 milésimas y se benefició de una curva más abierta en la calle siete. Blake, en la cuatro, salió en 172 milésimas pero, obligado a contenerse para no pisar fuera de su carril en la curva, desembocó en la recta un paso por detrás del plusmarquista mundial. La aceleración postrera de Blake impidió a Bolt relajarse. Hasta los diez últimos metros tuvo que apretar los dientes para no verse atrapado por Blake. Weir completó el éxito jamaicano y el ecuatoriano Álex Quiñónez, que hace sólo año y medio trabajaba de albañil, logró evitar el último lugar en su primera final olímpica, con una marca de 20.57.

Bolt no descartaba un nuevo récord mundial, porque la pista del estadio de Stratford es rápida, a su juicio. La temperatura quiso sumarse a la fiesta trepando hasta los 25 grados, la más alta desde que empezaron los Juegos. Blake, el más rápido del año (19.80) y autor del segundo mejor registro de la historia (19.26), constituía el único obstáculo de consideración en el camino de Bolt hacia la gloria. Por la cabeza de Yohan Blake, compañero de Bolt en el grupo de entrenamiento dirigido por Glen Mills, debió pasar, como un fogonazo, la posibilidad de volver a derrotar al más grande de todos los tiempos, como ocurrió el 29 de junio pasado en 100 metros y dos días después en 200. Eran sólo las pruebas de selección olímpica jamaicanas y corrían en casa, en Kingston, lejos de la presión de unos Juegos Olímpicos.

A la hora de la verdad, Bolt no ha fallado. En Pekín 2008 rompió todos los esquemas del esprint al colgarse tres medallas de oro olímpicas (100, 200 y 4x100) aderezadas con otros tantos récords mundiales (9.69, 19.30 y 37.10). Y cuando parecía imposible superar aquél resultado, Bolt volvió a hacerlo en los Mundiales de Berlín 2009: 9.50 en 100, 19.19 en 200, récords que permanecen en vigor. A partir de ahí la carrera de Bolt experimentó una suerte de estancamiento. En 2010 perdió frente al estadounidense Tyson Gay su primera carrera en dos años; en 2011 fue descalificado por salida falsa en la final de los Mundiales de Daegu, y esta temporada mordió el polvo dos veces frente a Blake. Pero Bolt no ha faltado a la gran cita con la leyenda, su gran obsesión desde que se inició en el atletismo. ¿Empezará ahora a considerar seriamente la posibilidad de extender sus dominios a los 400 metros

Rudisha rompe su récord de los 800 metros

El atleta keniano David Rudisha propinó un nuevo tajo de once centésimas a su propio récord mundial de 800 metros con una marca de 1:40.91 en los Juegos de Londres 2012 que le permite completar su colección de grandes trofeos con el título olímpico. Rudisha, de 23 años, llamado a ser el primer atleta que recorre las dos vueltas a la pista en menos de 100 segundos, tenía el récord mundial anterior en 1:41.01 desde el 29 de agosto de 2010, conseguido en Rieti (Italia). La medalla de plata ha sido para el botsuanés Nije Amos, que batió el récord mundial júnior con 1:41.73, y la de bronce para el keniano Timothy Kitum con 1:42.53, su mejor marca personal.

Rudisha tomó la cabeza al entrar en calle libre, pasó el primer 400 en un parcial asombroso de 49.28 y en la penúltima recta abrió un hueco de cinco metros con respecto a los demás que sólo Mohamed Aman fue capaz de reducir en el esprint, cuando el keniano empezaba a acusar el derroche de energías realizado. Aman, el hombre que el año pasado cortó en Milán su racha victoriosa, se le fue acercando por detrás hasta cruzar la meta con un nuevo récord mundial júnior: 1:41.73, la misma marca que Sebastian Coe, presidente del Comité Organizador de los Juegos, tuvo como récord mundial durante dieciséis años a partir de 1981.

El propio Coe afirmó que los 800 son "la distancia más complicada del atletismo" y dio por hecha la victoria de Rudisha. En el palco de honor pudo contemplar la majestuosa carrera que acabó en un nuevo récord del mundo. La superioridad de Rudisha es tanta -tiene las cuatro mejores marcas del año- que el récord mundial era previsible, pese a la ausencia de liebres. Por supuesto, borra también de las listas el récord olímpico de 1:42.58 acreditado por el noruego Vebjorn Rodal en Atlanta 96. 

Triple salto y decatlón

En triple salto, Christian Taylor y Will Claye regalaron a Estados Unidos un doblete que se resolvió por 19 centímetros y en el que el nuevo campeón corrió serio peligro de quedar eliminado, después de arrancar con dos nulos. Taylor, campeón del mundo, obtuvo el título olímpico con su mejor salto del año (17.81), seguido de Claye -bronce en longitud-, que con una marca de 17,62 se convierte en el primero en 76 años que consigue medallas en triple y longitud en unos mismos Juegos. El japonés Naoto Tajima lo hizo en Berlín 1936 (oro en triple, bronce en longitud).

El estadounidense Ashton Eaton, plusmarquista mundial de decatlón, conquistó su primer oro al aire libre con 8.869 puntos, 24 por debajo del récord olímpico que el checo Roman Sebrle, retirado aquí por lesión, estableció en Atenas 2004. Su compatriota Trey Hardee, que al comienzo del segundo día llegó a ponerle en algún aprieto, terminó segundo con 8.671 puntos. La medalla de bronce, con 8.523 puntos, fue para el cubano Leonel Suárez, que sigue sin descender del podio en las grandes ocasiones: tercero en los Juegos de Pekín 2008, plata en los Mundiales de Berlín 2009 y bronce en los de Daegu 2011.

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