Fue bonito mientras duró y estuvo a punto de convertirse en récord, pero acabó la condición de invicta en casa de la Balona. El Jaén demostró en el Municipal que es mejor equipo que el de La Línea, que, estaba escrito, necesita jugar por encima de su verdadera realidad para hacerle frente a los cocos de la categoría. Y lejos de eso ayer los que portaban la blanquinegra desaparecieron literalmente del césped en la segunda parte.

Hace tiempo que es un clamor que los linenses tienen unas carencias defensivas alarmantes y que éstas se multiplican si no está Carlos Guerra. Más temprano que tarde eso acabaría por costarle un disgusto. Y este llegó ayer. Es verdad que Sánchez Villalobos tuvo la oportunidad de expulsar al autor de los dos goles del Jaén, Álvaro Montero, cuando el resultado era aún de 1-0. Pero dejar a un equipo con diez por una acción como su entrada a Joe no es, ni mucho menos, fácil. Y cebarse con el árbitro, sobre todo una semana después de 'lo' de Sevilla resultaría, como poco, ventajista. La Balona tiene lo que tiene, que igual es lo que puede tener con poco más de mil personas en las gradas y con eso igual no da para más.