Los entrenamientos recién empezaron, pero la guerra psicológica típica de los duelos entre Argentina y Brasil ya estalló de lleno entre los dos archirrivales del fútbol suramericano, que el sábado se medirán en Rosario por las eliminatorias del Mundial de Suráfrica 2010.

Los brasileños, que iniciaron ayer sus entrenamientos en la serrana ciudad de Teresópolis, abandonaron la postura de ignorar las "provocaciones" de los rivales y pasaron a dar respuestas directas a los pupilos del técnico Diego Maradona, entre ellos Tévez, quien prometió "devorar" a Brasil en la cancha. "Van a venir con un poco de temor, porque nosotros vamos a querer comerlos adentro de la cancha", advirtió.

Para Luis Fabiano, declaraciones como ésa no revelan la autoconfianza del rival, sino lo opuesto. "Argentina le tiene miedo a Brasil, eso es cierto, porque ellos tienen mucho más que perder y están bajo presión", aseguró el delantero del Sevilla. "Nosotros somos una espina en su garganta, y debemos sacar provecho de ello", opinó asimismo el defensa Juan, al recordar las victorias brasileñas sobre la albiceleste en las finales de las Copas América de 2004 y 2007 y en el duelo por el título de la Copa Confederaciones de Alemania 2005.

En cuarto lugar en la tabla, Argentina necesita un triunfo para avanzar en su meta de asegurarse un cupo a Suráfrica 2010, ya que está en una situación mucho más delicada que el líder Brasil, que podría sellar su pasaporte al Mundial el sábado, si derrota a la albiceleste.