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Apoteosis gaditana en Ponferrada

  • Carlos Coello consigue el título mundial al batir por puntos al portugués Gonçalves

  • La promesa hecha a su madre poco antes de fallecer ya está cumplida gracias a este éxito

Minutos después del triunfo, Carlos Coello posó en el vestuario con el cinturón de campeón y una bandera del Cádiz.

Minutos después del triunfo, Carlos Coello posó en el vestuario con el cinturón de campeón y una bandera del Cádiz.

El deportista gaditano Carlos Coello se proclamó el sábado por la noche, ya al filo de la madrugada de ayer, campeón mundial WKN de Muay Thai, arte marcial también conocido como boxeo tailandés por ser ese país asiático su cuna. El triunfo lo consiguió en una velada con varios combates de Muay Thai y K1 que tuvo como escenario la localidad leonesa de Ponferrada.

Coello, que con anterioridad había sido campeón internacional WBC y que reside en Tailandia desde hace cerca de cuatro años, derrotó en la pelea por el cinturón mundial WKN del peso pluma al portugués Joao Gonçalves. El veredicto final de los jueces fue de victoria a los puntos para Coello tras los cinco asaltos de tres minutos.

Con este éxito, Carlos Coello cumple la promesa que le hizo a su madre, Pepi, poco antes de que esta falleciera. Le dijo que algún día se proclamaría campeón mundial y así lo ha hecho.

El nuevo campeón atendió ayer a Diario de Cádiz mientras viajaba camino a su ciudad natal para pasar las fiestas navidades jun to a familiares y amigos. En primer lugar comentó cuáles fueron sus sensaciones al subir al ring para la disputa del deseado título mundial: "Me encontré bastante tenso y ansioso, más acelerado de lo que acostumbro. Suelo saltar más tranquilo, pero era un día muy importante y sentía una responsabilidad añadida por toda la gente que se había desplazado desde Cádiz para animarme. Incluso unos días antes me pusieron en contacto en un programa de la SER con el alcalde y el presidente del Cádiz. Uno me dejó caer más o menos que me recibiría en el Ayuntamiento y el otro hizo lo mismo con la posibilidad de realizar el saque de honor en un partido del primer equipo. Esto es algo que me hace mucha ilusión".

A continuación analizó el desarrollo del enfrentamiento, que a priori se presentaba como un choque de estilos, el tailandés y el europeo: "Con la experiencia que tengo supe llevar el combate donde yo quería y pude ganar todos los asaltos para al final vencer por decisión unánime de los jueces. En cualquier caso, esperaba que mi rival portugués hiciera otro tipo de pelea, rehuyendo un poco mi potencia de golpe, que es lo que me ha permitido contar con 20 victorias por KO en el palmarés. La verdad es que me sorprendió un poco porque se mostró muy valiente y fue a por todas, lo que me hizo variar algo la estrategia prevista. Pasé a pelear más defensivo para buscar el triunfo por puntos sin asumir demasiados riesgos. Intentaba llegarme con las manos y le mantuve alejado con las piernas. A veces noté su empuje, pero acerté a enfriar el combate porque sabía que llevaba ganados todos los asaltos. Ismael Palomeque me calmaba desde la esquina para frenar mis ganas de hacer un combate espectacular de cara al público. Mi preparador en España me convencía con sus frases de que lo importante era ganar el cinturón".

Al final, pura apoteosis y los vellos de punta: "Al final me arrodillé, lloré y pensé en mi madre porque por fin había cumplido la promesa que le hice. Me emocionó especialmente ver en la grada una pancarta con la frase Lucharemos y juntos venceremos, que fue la que nos dijo mi madre a mi hermano y a mí y que tengo tatuada en mi espalda junto al rostro de ella".

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