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Final de la Copa Libertadores

Aplazado al domingo el River-Boca tras ser apedreado el autobús visitante

Un policía detiene a un aficionado de River Plate.

Un policía detiene a un aficionado de River Plate. / EFE

Después de dos reprogramaciones horarias, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez confirmó el aplazamiento para este domingo a las 17.00 hora local (20.00 GMT) de la segunda final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors.

Luego de tres reuniones entre directivos de ambos clubes, la Conmebol y hasta Alejandro Domínguez, se decidió la suspensión hasta el domingo por el ataque con piedras y gases que sufrieron los jugadores en el traslado desde el hotel al estadio Monumental.

Durante la tarde tanto el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, como los referentes 'xeneizes' Carlos Tevez y Fernando Gago manifestaron que no estaban dadas las condiciones para jugar este encuentro decisivo por el título de la Copa Libertadores.

Con más de 60.000 espectadores colmando el estadio Monumental desde muy temprano, finalmente pasadas las 19.15 hora local se decidió anunciar la decisión.

Luego del empate 2-2 en el encuentro de ida disputado en la Bombonera, y que también debió ser postergado de sábado a domingo por un temporal, River y Boca deben definir el ganador de esta 58º edición de la Copa Libertadores.

"Un equipo no puede jugar y el otro no quiere ganar en estas condiciones. Esto es fútbol y no una guerra. Se llegó a esta decisión luego de un acuerdo entre ambos clubes", sostuvo Alejandro Domínguez en una improvisada rueda de prensa.

"Las tres partes junto con Conmebol llegamos a esta determinación y el encuentro se disputará mañana a las 17 con público", completó el dirigente paraguayo.

Antes de ingresar en el estadio Monumental, donde se jugará el partido de vuelta, el autobús de Boca Juniors fue impactado en sus vidrios con piedras y botellas de lata arrojadas por fanáticos de River Plate.

Los jugadores del club visitante se quejaron de haber sido expuestos a gas lacrimógeno que, al parecer, fue arrojado por la policía para dispersar a los agresores.

"Fue muy confuso, evidentemente las fuerzas de seguridad fueron desbordadas, había mucha gente. Para protegernos tiraron gases lacrimógenos y los gases ingresaron a los micros (autobuses)", había explicado luego el directivo César Martucci.

Además, en las redes sociales circulan imágenes del autobús de Boca Juniors ingresando al estadio con varios vidrios rotos.

"Nos tiraron de todo", dijo el capitán Pablo Pérez al canal Fox Sports. Luego el propio Pérez acompañado por el portero juvenil Gonzalo Lamardo se trasladaron al Sanatorio Otamendi para constatar las lesiones en sus ojos por las esquirlas de los vidrios del autobús.

Conmebol reprogramó dos veces el horario de comienzo de este partido porque un informe de su Comisión Médica presidida por Osvaldo Pangracio, no permitió constatar las lesiones de ambos jugadores y desestimó la posibilidad de suspender el encuentro.

Sin embargo, el jefe médico de Boca Juniors, el doctor Jorge Batista, ratificó las lesiones en los ojos de ambos jugadores y los constató con los exámenes médicos realizados en el Sanatorio Otamendi.

Con estas referencias y en la última de tres reuniones a puertas cerradas realizadas en la Presidencia de River Plate se determinó postergar el encuentro para este domingo.

La fecha es la única posible porque el calendario de la capital argentina registra en la próxima semana la reunión de presidentes mundiales del G20 y la seguridad tornaba imposible disputar esta final en otra fecha.

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