Álex Corretja tiene encanto y sabe jugar sus cartas. En la presentación del libro 541 Sonrisas, La Época Dorada del Tenis Español, se ganó al auditorio nada más abrir la boca: "No sé si la gente lo sabrá, pero tengo sangre andaluza, mi madre es almeriense". Acto seguido, otro guiño. "No es por nada, pero yo sólo bebo Coca Cola y Fanta", afirma en la fábrica de bebidas que hay en la salida de Sevilla camino de Córdoba.

El capitán de la Copa Davis es habilidoso en el discurso, como el presidente de la Federación Española de Tenis, José Luis Escañuela, quien sin mediar papel alguno glosó la etapa áurea de este deporte en nuestro país en los últimos años. Tiró de metáforas, recordó títulos de la Copa Davis, el Masters de Corretja en noviembre del 98...

En este punto, una vez acabado el acto y atendiendo cortésmente a la prensa, se permite alguna licencia jocosa cuando se le cuestiona sobre si saca pecho con Rafa Nadal a propósito del Masters, único torneo de tronío que no tiene el balear y sí el barcelonés: "Alguna vez sí le he vacilado con el Masters porque aparece mi nombre en la relación de ganadores y no el suyo, pero una cosa es la broma y otra, la realidad. Ya me gustaría poder vacilarle con los títulos que tiene. Es un chico excepcional, dinámico, muy bromista. Tiene mucho sentido del humor y es muy profesional y metódico. Lo que ha logrado ha sido desde el esfuerzo, la humildad y el trabajo".

Más serio habla Corretja sobre los dos años que lleva como capitán español de la Davis, la final en Chequia, la eliminación en Canadá y el crucial duelo por la permanencia de mediados de septiembre frente a Ucrania. "Vivo absolutamente volcado en la Copa Davis, es a lo único que me dedico en mi día a día. Trabajo en casa y viajando a los torneos. El objetivo más importante ahora es defender la categoría y lograr que el equipo se mantenga en el Grupo Mundial. ¿Miedo a descender? No, no te lo planteas. Trabajas y entrenas para estar lo mejor posible para la eliminatoria, para que los jugadores estén en las mejores condiciones en ese momento. Veremos entonces quiénes están disponibles y qué equipo podemos formar. Hasta el US Open, que se disputa dos semanas antes del cruce, no decidiremos. Hay mucho verano por delante. Además, hay dos torneos americanos importantes, Cincinatti y Montreal. En Nueva York será donde hablaremos con ellos para saber quiénes están disponibles", explica con gesto sobrio Corretja.

Asume que no le ha tocado una etapa fácil: "Sabíamos que se había ganado mucho en los últimos años, que nos esperaba un año duro porque, con los Juegos en el horizonte, había jugadores que no podían participar. Se hizo un gran trabajo y se llegó de nuevo a la final, que se perdió en el punto decisivo. Habría sido histórico, estuvimos muy cerquita. Y este año las circunstancias eran diferentes. Había lesionados, no encajaba bien en el calendario de otros. Canadá demostró que es muy fuerte en su casa y ha llegado a la semifinal. Ahora hay que aceptarlo e intentar mantener la categoría".

Acerca de posibles cambios para que cuadre mejor el calendario a los tenistas y la Copa Davis no se convierta en una competición menor, no se pronuncia: "Es un tema que no me corresponde. Mientras haya este formato, hay que respetarlo y aceptarlo".

Sí charla sobre David Ferrer, un jugador admirable que acaba de subir al número tres del ranking mundial: "Es un ejemplo a seguir. Creo que como deportista ha ido superando límites que ni él mismo imaginaba. Es un referente para todos en este país. Verlo ahí, en el número tres del mundo, me produce una gran satisfacción, saber que ha sabido esperar hasta que llegara su momento. Ojalá aún pueda conseguir un gran premio porque se lo merece, sin duda".