La influencia de Johan Cruyff en el fútbol fue tan grande que el holandés logró un hecho hasta ahora insólito: conseguir que la selección subcampeona de un Mundial sea más recordada que el equipo ganador.

Holanda perdió la final del Mundial de Alemania 1974 por 2-1 ante los anfitriones, pero el fútbol total practicado por aquella selección, bautizada después como la Naranja Mecánica, se llevó más elogios que el equipo germano. "Hoy hemos perdido contra el mejor equipo del Mundial", señaló el entonces seleccionador brasileño, Mario Zagallo, después de caer 2-0 con Holanda en la segunda fase del Mundial.

La Holanda de Cruyff alcanzó la final invicta y aplastando a sus rivales. Ganó 4-0 a Argentina, 2-0 a la República Democrática Alemania, 2-0 a Uruguay y 4-1 a Bulgaria. Sólo había cedido un 0-0 con Suecia en la primera fase. Así, los holandeses alcanzaron la final como claros favoritos ante la Alemania Federal de Franz Beckenbauer y Gerd Müller. Pero ocurrió lo que pocos esperaban.

Johan Neeskens adelantó a la Naranja Mecánica en el primer minuto, gracias al famoso penal provocado antes siquiera de que los alemanes pudieran tocar el balón, pero Paul Breitner empató el partido con otro penal y Müller, justo antes del descanso, marcó el gol que dio vuelta al marcador y, a la postre, entregó el título mundial a los alemanes. La derrota, sin embargo, no evitó que Cruyff fuera elegido como mejor jugador del mundial y que meses después recibiera su tercer y último Balón de Oro. "Él fue el mejor jugador, pero yo soy campeón del mundo", se quejó entonces Beckenbauer cuando conoció que Cruyff era el ganador del Balón de Oro. La FIFA recuerda aquella final en su página web con el titular: "Holanda se lleva los aplausos; Alemania, el título".

Renunció a jugar el Mundial del 78 en Argentina

Cuatro años más tarde, Cruyff decidió no jugar el siguiente Mundial y los oranje perdieron la final 3-2 con Argentina. Los motivos, que en un principio parecieron estar vinculados a su repudio a la dictadura que gobernaba el país sudamericano, fueron en realidad otros.

Lejos de la ideología y las cuestiones políticas, los hechos que signaron su ausencia en Argentina 78 fueron el intento de secuestro que había sufrido en 1977 en Barcelona y su decisión de retirarse del fútbol profesional. "Hubo dos cosas básicamente. Una era que había sufrido un atraco aquí, en Barcelona, y la otra es que yo iba a terminar mi carrera deportiva en el mismo año. Y para jugar un Mundial hay que estar un 200 por ciento motivado y yo en esa época no lo estaba", declaró en una entrevista que hace unos años al diario argentino "La Voz del Interior". "Entonces, mi decisión no estaba tomada en el último mes, sino que ya lo había decidido un año y medio antes", señaló Cruyff, que en 1978 tenía 31 años.

 El atraco que sufrió en Barcelona marcó su vida en aquella época y cambió toda su rutina ya que vivió durante varios meses con custodia policial. "Todo esto hace cambiar tu punto de vista sobre muchas cosas. Hay momentos en la vida en los que hay otros valores. Queríamos parar y ser un poco más sensatos. Era el momento de poner el fútbol a un costado. No podía jugar un Mundial después de eso", reconoció en declaraciones a radio Catalunya.

Holanda era el favorito para el Mundial de 1978 y estuvo muy cerca de conseguir el título. ¿Hubiera cambiado el destino la presencia de Cruyff? "Eso es una cosa que nunca se sabrá. Quedará por siempre la pregunta", señaló el ex jugador muchos años después. La Copa del Mundo la conquistó Argentina en medio de una dictadura que aprovechó los multitudinarios festejos populares para tapar los crímenes del terrorismo de Estado.

El ex entrenador del Barcelona evaluó que la selección sudamericana fue un justo ganador, "aunque lógicamente tuvo cosas que rodearon el éxito y que tuvieron su influencia en el aspecto deportivo".

Cruyff murió este lunes, cuando se celebra el 40 aniversario del golpe de Estado que instauró el régimen militar argentino que gobernó hasta 1983 y dejó 30.000 desaparecidos, según estimaciones de organismos de derechos humanos.