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El Alavés obtiene el premio a la paciencia

  • Ibai otorga los tres puntos a los vitorianos con un tanto en la prolongación

  • El Valladolid sigue sin pegada

El jugador del Valladolid Enes Unal salta con Laguardia.

El jugador del Valladolid Enes Unal salta con Laguardia. / nacho gallego / efe

La paciencia del Alavés, que siguió luchando hasta el final del partido en busca de un gol providencial, le permitió sumar tres puntos en la prolongación, en una última jugada en la que Ibai aprovechó en un contragolpe el fallo defensivo de los locales, que ya firmaban el empate, para dar la victoria a su equipo.

El Valladolid tomaba la iniciativa a la hora de controlar el esférico, pero las llegadas al área no contaban con peligro, al igual que en el caso contrario, con un Alavés al que le costaba mostrar mordiente ofensiva y, de hecho, su primer lanzamiento a puerta fue en el minuto 17, con Guidetti como autor del mismo.

La oportunidad más clara para que se hubiera inaugurado el marcador estuvo en las botas de Calleri (34'), quien sorprendió a Calero para controlar bien el balón con el pecho pero, cuando se disponía a disparar, apareció Nacho, de manera oportuna, para evitar que variara el resultado.

Tras la reanudación, el encuentro siguió por los mismos derroteros, con el Valladolid buscando con más ahínco el gol, aunque los dos primeros disparos de Toni y de Nacho acabaron en las manos del meta visitante. Todo eso mientras el Alavés seguía agazapado para aprovechar cualquier error.

Jonny, una vez más, se encargó de desbordar a la defensa local por la banda izquierda y su gran centro lo remató Guidetti fuera, por muy poco, en una ocasión muy clara para los de Abelardo, en el minuto 57. También Guidetti lo intentó cuatro minutos más tarde, impulsado por la acción anterior, pero Masip detuvo sin problemas su disparo.

El Alavés se fue creciendo y, sin pausa, volvió a tratar de sorprender al meta local, lo que a punto estuvo de lograr Ibai con un lanzamiento desde fuera del área que Masip paró en dos tiempos.

La entrada de Míchel supuso un importante cambio en el juego local, que cobró más fluidez. La gran ocasión del partido para los locales estuvo en las botas de Keko, que se plantó solo delante del portero pero fue incapaz de superarle y, tras el despeje, pudo volver a rematar, pero cayó dentro del área, reclamando un penalti inexistente.

No había lugar para la relajación, puesto que ambos equipos querían aprovechar los últimos minutos para sacar petróleo. Y cuando ya iba a terminar el partido, Ibai aprovechaba un fallo defensivo local en el repliegue para, tras una cabalgada de Jonny, dar los tres puntos a su equipo.

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