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Fútbol | Segunda B / Fase de ascenso a Segunda A

Acaba el sueño del San Fernando

  • El equipo isleño pierde 2-1 frente al Betis Deportivo y se queda a las puertas del 'play-off' definitivo para subir a la categoría de plata

Mirada perdida de Hugo Rodríguez con Biabiany llorando en el césped al acabar el partido.

Mirada perdida de Hugo Rodríguez con Biabiany llorando en el césped al acabar el partido. / A. QUINTERO/SAN FERNANDO CD

Terminó el sueño. El San Fernando se despertó, de manera amarga y abrupta, de su dormir con una pesadilla que dejó muda a toda la familia azulina. Derrota en e campo del Betis Deportivo (2-1) y ya no hay tiempo para la rectificación, ya no hay lugar para las lamentaciones, ya no hay sitio para las excusas. No se estuvo bien, no se dio la talla y al final no se hará más historia que la de la mejor y extraña temporada en Segunda B.

Los de La Isla se la jugaban en 90 minutos, pero al igual que hace tan solo siete días los de San Fernando eran capaces de ganar a cualquiera y ser un terror para todos, los de este domingo no se equipararon, ni siquiera un ápice, a esos que levantaron la ilusión de una manera increíble con su victoria ante el UCAM.

Era el partido de los partidos, donde se jugaban toda una temporada y los de Stankovic no ofrecieron su mejor versión. Es más, no hubo durante el partido ni un atisbo de poder soñar con la victoria, con la remontada o con doblegar al filial bético. Todo fue en contra.

Y eso que se empezó bien. Los isleños, sin complejos, salieron a por el partido en el inicio del duelo y mantenían la posesión con autoridad. Las ganas azulinas abrían la puerta de la esperanza con un fútbol fluido, dinámico, con llegadas... Eso sí, sin definición, y con unas ganas tremendas de hacer las cosas bien.

Pero todo se diluyó a partir del minuto 20 de juego. El San Fernando comenzó a recular y el asustado Betis Deportivo comenzó a tomar el mando del partido, a dominar la situación y a creer en sus posibilidades.

Se temía lo peor y esto llegó a la media hora, justo cuando una jugada interior de Julio Alonso terminaba en el corazón del área, la dejada de Raúl permitía a Chema Núñez, desde la proximidad del punto de penalti, darse la vuelta y fusilar a un Matías que nada podía hacer para ver el primer tanto de la mañana dentro de sus redes.

Se noqueó con el tanto el cuadro de La Isla, que no encontró, en el cuarto de hora que quedaba por disputar del primer tiempo, ni el ritmo del partido ni la dinámica para dar la vuelta al resultado. Con las dudas llegó el final de una primera parte que había comenzado de una manera muy distinta a la que había finalizado.

Toda la familia azulina esperaba la reacción de su equipo tras el pertinente descanso. Pero ésta no llegó. Y eso que Manu Moreno realizó un centro-chut que puso en apuros a Dani Rebollo en el 51’. Y eso que Francis Ferrón remataba fuera de cabeza en el 69’. Pero todo se hacía con más corazón que cabeza. El dominio era infructuoso y desde el banco no se encontraba la manera de contrarrestar la ilusión y el empeño que ponían los verdiblancos ante la impotencia de los isleños.

Por eso, la segunda parte fue pasando con más pena que gloria. Las noticias no eran nada halagüeñas y a la derrota parcial de los azulinos se unía la reacción del Algeciras en Murcia. La parcial derrota de los de Salva Ballesta, que empataban de penalti en la primera mitad, daba un halo de esperanza a los isleños, que se encontraban a un sólo gol de la proeza.

Pero éste no llegaba y la desesperación se apoderaba del San Fernando. Según pasaban los minutos, apretaba la lluvia y no había soluciones. A los azulinos les pesaban las piernas cada vez más, hasta el punto de que los béticos se encontraban tremendamente cómodos en una situación que les beneficiaba.

En los últimos diez minutos tocó zafarrancho de combate. Prácticamente sin crear un peligro claro ante Dani Rebollo, los isleños dominaban para crear la jugada oportuna que no les despertara del sueño en el que se encontraban desde hace varias semanas.

Pero el despertar fue amargo y lo fue en el último minuto de juego reglamentario. Los béticos, ante un adversario volcado, creaban una contra casi de libro, esa que llevaba David Ramos hasta la banda, esa que terminaba en una cesión al pie para que la entrada de David Carmona significase el definitivo dos a cero, ese que tiraba por la borda cuantas ilusiones se habían puesto en el partido más importante de la temporada.

Maquilló el resultado Dopi, que fue el más listo de la clase para poner el dos a uno, pero no había ni tiempo, ni fuerzas para lograr los dos goles que se necesitaban para realizar la proeza.

El partido terminó ante el derrumbe de un equipo abatido sobre el césped del Luis del Sol. Noventa minutos fatídicos han servido para despertar con amargura del sueño, para romper la ilusiones de hacer historia, y para recordar un partido donde pudo ser, y no fue.

Ahora sólo queda aplaudir por lo que se ha hecho. Rectificar de errores para el año que viene y pensar que el equipo azulino ha estado vivo hasta el final. El sueño debe servir para aprender.

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