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Cultura

La literatura "incómoda" de Menéndez Salmón gana el Biblioteca Breve

  • El escritor asturiano logra el galardón con 'El Sistema', una distopía en la que se pregunta "hacia dónde vamos como colectividad".

El asturiano Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971) se hizo ayer en Barcelona con el Premio Biblioteca Breve por El Sistema, una distopía en la que el escritor propone "una lectura de los grandes temas que tenemos encima de la mesa de la contemporaneidad", asuntos como "la identidad, la necesidad de estar definiéndonos frente a los otros, la necesidad de crear marcos que definan lo que somos y lo que no somos", y en la que el autor se acaba preguntando "hacia dónde vamos como especie". "La palabra humanidad puede sonar grandilocuente, pero este libro habla de eso: de hacia dónde nos dirigimos como colectividad", dice.

La novela se ambienta en una época futura llamada Historia Nueva, en la que el narrador es un guardián que asiste al colapso de la sociedad y al derrumbe de sus certezas. En ese mundo en ruinas que se ha configurado como un extraño archipiélago conviven dos fuerzas: los Propios, súbditos de las islas, y los Ajenos, que son personas extrañas fruto de los residuos que las disputas ideológicas y económicas han purgado.

Una trama en la que el autor sigue apostando por la densidad de ideas, la hondura y la gravedad que caracterizaban sus obras anteriores, publicadas en el mismo sello donde verá la luz próximamente El Sistema, Seix Barral. "La literatura que me interesa como creador y como lector es la que me gusta llamar incómoda: no es para el esparcimiento, es más bien un enorme mecanismo de inquisición. No nos dota tanto de respuestas como de preguntas", señala el creador de La ofensa, Derrumbe o La luz es más antigua que el amor, que en esta nueva obra sigue inspirándose en el arte universal, esta vez en el lienzo Lección de anatomía del doctor Tulp de Rembrandt, que es "uno de los corazones emocionales e intelectuales" de la novela.

El Sistema, escrita en parte en una residencia en la localidad alemana de Bamberg que el autor disfrutó gracias a una beca del Gobierno del land de Baviera, supone el mayor desafío en una carrera marcada por el rigor y la exigencia: "El reto era escribir una novela tan intensa como podía ser Medusa pero sostener esa intensidad en un esfuerzo dilatado, casi agonístico. En este sentido, es la culminación de una década de aprendizaje, de afianzamiento en un estilo", considera Menéndez Salmón.

El escritor se suma con este premio, dotado con 30.000 euros, a una lista de ilustres ganadores que incluye a algunos de los escritores favoritos del galardonado, nombres como Juan García Hortelano, Juan Benet, Juan Marsé o José Manuel Caballero Bonald. "Verme inserto en esa tradición me genera un enorme placer, pero también una gran responsabilidad. Sentía como un deber que la obra con la que participaba en esta convocatoria diera lo mejor de mí", reconocía ayer el novelista.

Un objetivo que ha conseguido a juzgar por las declaraciones del jurado, que en su fallo destacó la "gran ambición intelectual y literaria" de una ficción que "abre nuevos caminos en la narrativa contemporánea". Para Manuel Longares, Menéndez Salmón rompe en El Sistema con "todo lo que ha estado haciendo" y presenta "una obra mayor", de la que destaca una prosa en la que se "saborea el lenguaje". "Valle-Inclán decía que en la unión inesperada de dos palabras es donde se percibe a un gran escritor, y aquí hay frases maravillosas como No somos sino muerte aplazada, por ejemplo", abundó el escritor y miembro del jurado.

Clara Usón ahonda en esa idea: "Es una novela muy bien escrita, algo que era marca de la casa de Ricardo. Pero no era lo mismo mantener ese lenguaje en 100 páginas que en 300", observa la autora de Valor, que defiende que el premiado "logra aquí algo que es la ambición de todo escritor: el de crear, con la palabra, un mundo nuevo". A Usón no le gusta la palabra distopía para describir el manuscrito: "Uno piensa en una historia de ruido y violencia, algo que recuerda a Terminator y a Matrix, y El Sistema es mucho más sutil", opina sobre un libro que retrata "un fin de ciclo" y reflexiona sobre "el tema eterno de la literatura, el lugar del individuo en el mundo". Caballero Bonald, que junto a Pere Gimferrer y a la editora Elena Ramírez completaba el jurado de esta edición, no pudo acudir a la entrega del premio pero pidió a Ramírez que leyera sus impresiones, en las que auguró por su parte que "el lector de la obra tiene garantizado su buena dosis de placer estético" y confesó que Menéndez Salmón es uno de sus escritores favoritos del panorama literario, por "su infrecuente preocupación por el lenguaje".

Con sus obras traducidas al alemán, francés, holandés, italiano, portugués y turco, y con la vitola de haberse convertido en la última década en uno de los escritores más interesantes y personales de la narrativa reciente nacional, el autor recibe con este reconocimiento un nuevo espaldarazo.

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