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Luis Solano | Editor

"Todos los escritores que publicamos son una reivindicación"

  • El fundador de Libros del Asteroide aspira a convertir en nuevos clásicos de su catálogo dos apuestas que editará en los próximos meses, los autores Alan Lightman y Bernard McLaverty

Luis Solano (Vigo, 1972) antes de la entrevista, durante su visita a la capital andaluza para presentar ‘Rialto, 11’.

Luis Solano (Vigo, 1972) antes de la entrevista, durante su visita a la capital andaluza para presentar ‘Rialto, 11’. / Juan Carlos Vázquez

La edición independiente española tiene una de sus fortalezas en Libros del Asteroide, sello creado en 2005 por el gallego afincado en Barcelona Luis Solano. En su catálogo están firmas contemporáneas como Pedro Mairal y clásicos del periodismo literario como Manuel Chaves Nogales. Abogado de formación, Solano trabajó en distintos proyectos del entorno del libro para Planeta hasta que decidió dar el salto a la edición. Premios como el Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural compartido en 2008 con sus compañeros de Contexto -Barataria, Global Rhythm, Impedimenta, Nórdica, Periférica y Sexto Piso-, y la fidelidad de los lectores a sus coloristas portadas impresas en Pantone directo le han dado la razón a su elección.

-¿Por qué quiso dedicarse a la edición y en qué modelos de editor se reconocía especialmente?

-Cuando empezamos a publicar libros en 2005 había muchos títulos importantes de la segunda mitad del XX que no estaban disponibles en español, que no se habían traducido nunca o se habían descatalogado. Como lector siempre he pensado que hay que leer poco y bueno y que es mucho más seguro fijar la atención en libros que ya llevan tiempo consolidados, que han sido refrendados por otros lectores antes que tú. Esas son dos de las tres ideas que están en el germen del proyecto de Libros del Asteroide. La tercera tenía que ver con el modelo editorial, lo que quería era crear una editorial con una marca potente de la que los lectores se pudieran fiar. Para ello era fundamental dar con un diseño atractivo y reconocible y no publicar demasiado, para que el catálogo fuese lo más potente y homogéneo posible. Aunque las grandes editoriales literarias de entonces -Acantilado, Anagrama, Tusquets y Pre-Textos- eran una referencia, no tuvimos a ninguna como modelo, porque el tiempo y las circunstancias eran muy diferentes.

-El proyecto ha evolucionado desde sus inicios hasta hoy. ¿Qué fortalezas detecta ahora y a qué retos más señalados han tenido que hacer frente?

-Hemos ido ampliando nuestro radio de actuación. Al principio publicábamos sólo literatura extranjera y clásicos contemporáneos, pronto empezamos a publicar también autores españoles (Manuel Chaves Nogales, Josep Pla, etc.). Más adelante nos adentramos en literatura contemporánea tanto extranjera (Cameron y Wagenstein fueron nuestras primeras apuestas) como española (Halfon, Mairal, Peyró, etc.). La última vuelta de tuerca ha sido empezar a publicar ensayo. Durante la época de la crisis tuvimos siempre presente la importancia de reforzar la marca, de que el lector pueda fiarse de nosotros. Y eso sigue siendo importante hoy, por eso intentamos publicar poco y publicar bien.

-Mantiene la sede de su editorial en Barcelona. ¿Qué supone en este contexto de turbulencias políticas? Blanca Rosa Roca lamentaba en una entrevista con este medio que la ciudad podría perder su condición de capital mundial de la edición en español y cedérselo a México. ¿Siente como ella que las administraciones deberían proteger más la escena editorial barcelonesa?

-En Barcelona está el mayor cluster editorial español. Es decir, es el sitio en el que se concentra el mayor número de empresas editoriales en España, especialmente si dejamos fuera la edición de libros de texto. Hay también una red importantísima de industrias gráficas y proveedores de todo tipo. Es una riqueza grande que se ha mantenido y consolidado a lo largo de los años pero que ha tenido muy poco apoyo institucional. Creo que en general en los gobiernos autonómicos ha habido una indiferencia al respecto, como si esta concentración se produjera de manera natural y además no tuviese un interés estratégico. Tiene que ver, en mi opinión, con la esquizofrenia nacionalista que ve todo lo que sea español como ajeno: por qué vamos a defender una industria que lidera una cultura que no es la nuestra, es el pensamiento subyacente. Creo que el riesgo del que me habla es real, pero creo que deberíamos verlo más bien como una oportunidad: el mercado latinoamericano va a crecer más que el español y si queremos seguir liderándolo tendremos que trabajar mejor. Pero un poco de ayuda institucional tampoco vendría mal.

"Peyró es de los mejores escritores de su generación. Su mezcla de erudición, bonhomía y humor es imbatible"

-Acudió a Sevilla para presentar en la librería Caótica el primer libro de Belén Rubiano (Rialto, 11). Ella, como Ignacio Peyró, son dos excepciones a la regla porque Asteroide edita pocos autores españoles vivos. ¿Qué vio en ellos, qué siente que aportan sus trabajos a su catálogo?

-En el libro de Belén Rubiano, además de una gracia especial en la manera de contar, vi una experiencia -la labor quijotesca de muchos libreros- que no se había contado antes en nuestro país. Ignacio Peyró es uno de los mejores escritores de su generación, hay muy pocos que tengan su dominio del lenguaje y su capacidad para hacer atractivo cualquier tema sobre el que se plantee escribir. Su particular mezcla de humor, erudición y bonhomía es imbatible.

-Es también el editor de referencia de dos de los grandes fenómenos literarios hispanoamericanos, el argentino Pedro Mairal y el guatemalteco Eduardo Halfon. ¿Cómo es su relación con ellos, por qué les atrajo a su catálogo? ¿Qué otras firmas hispanoamericanas destacaría para explicar esa explosión literaria que se vive en la otra orilla?

-Los dos me parecen estupendos narradores, aunque sean muy distintos entre sí. Intento ser un buen editor para ellos, es decir, hacer que lleguen al mayor número de lectores posibles. Hay muchísimos autores latinoamericanos de esa generación que son buenos, a bote pronto, Emiliano Monge y Jorge Comensal, el boliviano Rodrigo Hasbún, el colombiano Juan Cárdenas, las argentinas María Gaínza y Leila Guerriero, sólo por nombrar algunos.

-¿Cuáles fueron sus primeros autores y por qué decidió arrancar con ellos?

-Empezamos con En busca del barón Corvo de A.J.A Symons y A la caza del amor de Nancy Mitford. El de Symons era una reivindicación de la no ficción literaria. El de Mitford, de quien hemos publicado cinco libros más, era un ejemplo de que quedaban todavía muchos clásicos modernos por traducir al español y de que la buena literatura también puede ser ligera.

-¿Cuáles son actualmente sus mejores ventas (bestsellers) y los títulos que siguen interesando mucho más allá del tirón inicial (longsellers)?

-La idea es que los libros que se venden bien pasen a convertirse en longsellers, en libros llamados a venderse año tras año. Robertson Davies, Chaves Nogales, Wallace Stegner, Peter Cameron, Angel Wagenstein, Nickolas Butler… son algunos de los autores clásicos del catálogo, pero en los últimos años se han incorporado a esa lista nombres como William Finnegan, Maggie O’Farrell o Pedro Mairal.

Luis Solano recibió en 2008 el Premio a la Mejor Labor Editorial Cultural junto a los editores de Contexto. Luis Solano recibió en 2008 el Premio a la Mejor Labor Editorial Cultural junto a los editores de Contexto.

Luis Solano recibió en 2008 el Premio a la Mejor Labor Editorial Cultural junto a los editores de Contexto. / Juan Carlos Vázquez

-¿A qué escritores le gustaría fichar en este momento o quiere reivindicar con su catálogo?

-En realidad todos los autores que publicamos son una reivindicación. Hay un par de libros que publicaremos en los próximos meses que creo que están llamados a convertirse también en clásicos del catálogo: Sueños de Einstein de Alan Lightman y Fin de semana en invierno de Bernard McLaverty.

-Su sello tiene una excelente línea dedicada al rescate de grandes periodistas. ¿A qué se debió ese interés? Al hilo de esto, ¿cómo explicaría el cada vez mayor predicamento del sevillano Chaves Nogales?

-Como explicaba hace un momento desde el principio hemos tenido mucho interés por la no ficción literaria, esos rescates nacen de ese interés, de considerar que la no ficción puede ser tan literaria como ficción. La de Chaves Nogales es obviamente la recuperación de la que estamos más orgullosos, aunque nosotros hayamos sido solo una de las piezas del engranaje que ha ayudado a que tenga hoy el reconocimiento que merece. Yo creo que el valor está en sus textos: en un estilo tan sobrio -sobriedad que es la que en su día hizo que no se considerara "literario"- y en una voluntad de narrar a partir de hechos que no era muy común en su tiempo, donde lo literario pasaba casi siempre por la fabulación.

-¿Cuál es su relación con los otros editores del Grupo Contexto? ¿Qué acuerdos mantienen, en qué les beneficia esa red?

-Con Impedimenta, Nórdica, Periférica y Sexto Piso, además de una gran amistad, mantenemos una relación empresarial muy fluida. Compartimos esfuerzos fundamentalmente en impresión, comercialización y difusión de nuestros libros, juntos podemos hacer cosas que por separado serían imposibles, pero cada uno mantiene una independencia total en cuanto a la línea editorial.

-¿Qué lee Luis Solano cuando no está trabajando o pensando en su catálogo?

-En mi mesilla de noche están ahora El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince y Homo sovieticus de Svetlana Alexévitch y No tan incendiario de Marta Sanz, así que digamos que cuando no leo para Asteroide lo que hago es ponerme al día con más o menos retraso.

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