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Literatura

Los funerales íntimos de Eduardo Ruiz Sosa

  • El escritor mexicano ha presentado su nuevo libro de relatos en el festival Bookstock y en la malagueña librería Áncora

El escritor mexicano Eduardo Ruiz Sosa (Culiacán, 1983).

El escritor mexicano Eduardo Ruiz Sosa (Culiacán, 1983). / Candaya

La publicación de la novela Anatomía de la memoria (Candaya, 2014), aclamada como uno de los proyectos literarios más significativos en lengua española en el presente siglo, significó para no pocos lectores en España la revelación del escritor mexicano Eduardo Ruiz Sosa (Culiacán, 1983), quien sin embargo ya había regalado obras del calibre de La voluntad de marcharse (2008), libro de relatos con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura Inés Arredondo. Ahora, el escritor, residente en Barcelona desde hace algunos años, regresa con Cuántos de los tuyos han muerto, otro libro de relatos (publicado también en Candaya) con un denominador común: nada menos que el de la muerte, relatada con un abrumador pulso poético pero habitada en la intimidad de los personajes que pueblan sus cuentos. Ruiz Sosa presentó este jueves el volumen en la librería Áncora (Plaza de Uncibay, 9) en compañía del escritor malagueño Pablo Aranda y este sábado en el festival Bookstock de Sevilla (Cicus).

Cuántos de los tuyos han muerto parte de una cita del poeta Jordi Villaronga como premisa (“La muerte no es la muerte, es un muerto”) para escribir sobre el impacto que la muerte de algunos ejerce en la vida de otros, los que se quedan con la memoria, el espacio y el tiempo de quienes se marchan. Buena parte de los relatos transcurren así en entornos puramente domésticos, en la proximidad de los objetos y sobre todo de los huecos afirmados tras la muerte de los que son evocados por los protagonistas. Ruiz Sosa toma así el pulso a uno de los temas fundacionales de la historia de la literatura, frecuentado por los primeros clásicos, sin asomo de épica; tanto que, como recuerda el mismo autor, en el cuento Sanatorio de la intemperie “los personajes lamentan una derrota no en la muerte de quien les ha dejado, sino en la ausencia de una épica para esa muerte”. Los arquetipos de Ruiz Sosa acusan así la muerte de otros como una experiencia que incorporan a su vida cotidiana, al hecho de volver a casa tras el funeral y tener que aprender a soportar el peso y la amargura del asiento vacío.

"Estos relatos hablan de cómo los vivos empiezan a reconocerse de otra manera tras perder a los muertos", sostiene el autor

Preguntado por la posibilidad de que Cuántos de los tuyos han muerto entrañe una respuesta al Pedro Páramo de Juan Rulfo, donde la mezcla del mundo de los vivos y el de los muertos se da en una suerte de alucinación, Ruiz Sosa subraya la influencia de su compatriota: “Quizá no me paré mucho a pensar en Rulfo cuando escribí estos cuentos, aunque imagino que lo llevo incorporado en mi código genético. Pero sí es cierto que en Pedro Páramo los vivos y los muertos, en una relación de cierta intensidad, traspasan una frontera trascendente, mientras que en mis personajes esa frontera es mucho más íntima. Estos cuentos hablan de lo que sucede con los vivos cuando se van los muertos. Es más, diría que tratan sobre todo de la comunidad de vivos que se constituye en torno a los muertos, de cómo quienes se quedan empiezan a reconocerse de otra manera y a establecer otros lazos en torno a los que han fallecido”.

En cuanto a la preeminencia de la muerte como tema recurrente desde el mismo origen de la escritura (“Tito Monterroso recordaba que en la literatura hay tres temas principales: el amor, la muerte y las moscas”, ironiza el autor), y ante la posibilidad de que todo haya quedado ya dicho al respecto, Eduardo Ruiz Sosa señala que, si bien por una parte “seguimos muriendo igual que siempre, así como seguramente amamos igual que hace tres mil años”, los acontecimientos históricos predisponen a una sensibilidad distinta a las generaciones posteriores: “Estoy convencido de que no es igual escribir sobre la muerte antes y después de Dante, como no lo es hacerlo antes y después de Crimen y Castigo. Lo que no sé es qué es más fácil o más difícil. En todo caso, como advertía Edmond Jàbes, la escritura es una errancia, en el doble sentido de error y de vagar por el mundo”. Pero al final, ¿hay que haber nacido en México para escribir bien sobre la muerte? “No. Pero la muerte es muy importante en la tradición de mi país. Y yo soy muy permeable a eso”.

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