Una de las mejoras cosas que le ha pasado a España en los últimos dos siglos es la aprobación de la Constitución del 78. Ha traído a España el periodo más largo de paz y prosperidad de nuestra historia. Gracias a la generosidad de los políticos que entonces estaban al frente de los partidos políticos con representación parlamentaria, de manera especial los ponentes entre los que no tengo más remedio que destacar a José Pedro Pérez Llorca, nuestro paisano, a quien tanto echamos de menos. 

Después de siglo y medio de golpes de estado, guerras civiles, repúblicas, dictaduras, exilios, españoles que se perseguían unos a otros, llevamos 43 años de prosperidad. Por supuesto, habría que introducir algunas reformas, el papel de la Corona, la inviolabilidad del Jefe del Estado, la inmunidad de los parlamentarios, la estructura territorial, algunos derechos deberían ser incluidos para que no estén al albur de las mayorías(aborto, eutanasia, matrimonio entre personas del mismo sexo, ingreso mínimo vital). Pero para ello haría falta una mayoría parecida a la que tuvo la Constitución del 78. Mientras tanto, la actual Constitución es como ese traje de pana que todavía nos da confort.