Un poco de todo

Y era fango. Por Yolanda Vallejo

  • No sé por dónde empezar, la verdad. Así que, como tantas veces, hecho mano de Lewis Carroll por aquello del país de las maravillas y de las dudas del conejo blanco «¿por donde debo empezar, con la venia de Su Majestad?». Y ya sabe lo que le contestó el Rey «empieza por el principio y sigue todo recto hasta llegar al final». Pues eso, empezaré por el principio, porque en el principio fue el verbo, y el verbo se hizo carne, y como quien entiende de carne es Garzón, levantaré un poco más la vista. Resulta que la NASA ha

  •  puesto fecha de caducidad a nuestro mundo -bueno, más que de caducidad, de despedida y cierre- el próximo 6 mayo, día en el que el asteroide '2009 JF1', considerado potencialmente peligroso, podría estrellarse contra la Tierra, destruyéndola en cuestión de minutos. Dicho así, pienso en la cantidad de cosas que me quedan por hacer antes de esa fecha y me dan escalofríos, aunque después caigo en la cuenta de que los escalofríos pueden deberse a un poco de Ómicron y me alegro; al fin y al cabo, el Gobierno ha rebajado el precio de los test de antígenos y ahora incluso puedo hacerme uno cada vez que estornude. 

  • Pero vuelvo al principio, que me entretengo con cualquier cosa y me desvío del camino. A las pocas horas, la misma NASA –siempre pienso que pienso en la NASA me imagino a gente que come pastillas y flota en los despachos- suavizaba el tono y aseguraba que las probabilidades de que suceda el impacto son de una entre 4.166, lo que rebaja muchísimo las expectativas para este año y nos devuelve a la cruda realidad. Al COAC lo vendría Dios a ver si impactara el asteroide, así no tendrían que modificar nada y daría lo mismo que se inscribieran ocho que ochenta agrupaciones. Pero nunca llueve a gusto de todos, y los asteroides no se alinean como los astros para que ocurran las cosas que a nosotros nos gustarían. 

  • A nadie le ha gustado que el presidente del Cádiz CF haya destituido a Álvaro Cervera, y mire usted. Todo pasa y es pasado. Ni siquiera la Federación de Peñas Cadistas pudo celebrar el homenaje prometido en el estadio el pasado jueves «debido a un error en la organización del mismo», según declaraba la entidad. Empieza bien el año. Y aun no nos habíamos recuperado de la emotiva despedida del Mister, ni habíamos lamentado su pérdida, cuando nos sorprendía la despedida –esta, quizá más esperada-, de más de medio equipo municipal socialista. Mara Rodríguez, Rosa de la Flor y Francisco Javier Ramírez daban por concluida su labor como concejales por las diferencias insalvables –en esto el PSOE siempre ha sido madre y maestra- con la ejecutiva local del partido, a la que señalan como responsable de «zancadillas, decepciones y emboscadas» según declaraba la portavoz municipal en rueda de prensa. Se queda aún más enclenque la oposición municipal –si es que alguna vez estuvo de otra manera- hasta que se aclaren en Gaspar del Pino. Insisto, empieza bien el año.

  • Porque el anuncio de Marifran Carazo es para echarse a reír, o a llorar. El tranvía de la Bahía de Cádiz, según la consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, comenzará a rodar «por fin en el primer semestre de 2022». Trece años de obras para un trayecto de 24 kilómetros, que ha estado a punto de inaugurarse no sé cuantas veces, -la penúltima, anunciada a bombo y platillo para «el primer semestre de 2020»- y que, perdóneme que me ría, tampoco veo yo que se vaya a inaugurar por mucho que lo diga Marifran «se ha tardado un poco más de lo esperado»... un poco, dice. 

  • Y es que hay veces que se pasa el arroz, y otras que se queda duro. No hay fórmulas magistrales. O hay poca pericia en los fogones, o mucha improvisación. Pero hay años electorales en los que todo se nota mucho, y 2022 ha empezado fuerte, ya se lo digo.

  • Me gustan mucho los salmos, porque eso de repetir y repetir me pone la mente en blanco. Me gusta, sobre todo, el salmo 120, ese que empieza con «Levanto mis ojos a los montes» –no, no tiene nada que ver con la película de moda-, porque en esta ciudad en vez de levantar los ojos, vamos siempre mirando al suelo por si, de pronto, nos aparece, que sé yo, un templo de Melqart y nos hace el avío. En Cádiz, nos fiamos tanto de nuestro pasado que hasta el futuro lo dejamos en sus manos, y por eso a mediados de diciembre, se presentaba el que iba a ser el hallazgo arqueológico de este siglo y del que viene, el templo definitivo, perfectamente identificable, y casi amueblado, según los investigadores que dieron por bueno que un fangal de 300 metros, entre Camposoto y Sancti Petri, era el templo fenicio-púnico de Hércules en Cádiz. El resto, ya lo sabe usted. «Nunca se confirmó que fuera verdad», dijo la delegada de Cultura y Patrimonio, «lo que se presentó era una hipótesis». Pues vaya chasco.

  • Ni asteroide, ni Cervera, ni grupo socialista, ni tranvía, ni templo de Melqart. Todo era, simplemente, fango.

  • 2022 promete, se lo digo en serio. Voy a leerme otro salmo, por lo que pueda pasar.