Con la Venia

La España de las piscinas. Por Fernando Santiago

  • LA ESPAÑA DE LAS PISCINAS

  • Escribió Sergio del Molino un ensayo donde contaba la fascinación que produce en un país de secano (ahora se dice “con estrés hídrico”) el disfrute de las piscinas. En los países nórdicos o en Gran Bretaña es raro ver casas con piscina, pero en España la ilusión del españolito de clase media aspiracional es tener a su disposición una , privada a poder ser, o al menos de uso restringido. Antes había alguna en las urbanizaciones del extrarradio , en los hoteles y las municipales que ponían en cada pueblo. En Alcalá de los Gazules recibían tantas visitas de fuera del pueblo a la suya que tuvieron que idear un procedimiento para beneficiar a los vecinos. En Cádiz durante mucho tiempo solo estaba la piscina del Hotel Atlántico y la de Educación y Descanso. Luego vino la moda de hacerse una piscina en la azotea, costumbre reciente que el Ayuntamiento dijo que iba a limitar, pero como tantas otras cosas que anuncia el Equipo de Gobierno, ha quedado en nada, unas declaraciones de lucha de clases para castigar a los pretenciosos y a los turistas ,que tanto disgustan en Adelante Cádiz. El Ayuntamiento no ha tomado ni una sola medida para limitar la instalación de piscinas en las azoteas y eso que nos alarmaron con la sequía y el cambio climático. Igual es que Albita, la Greta de La Caleta , que era la especialista medioambiental del Equipo de Gobierno, nos ha dejado por otros destinos mejor remunerados, dejando plantados y sin lideresa a todo el coro de cantantes que le hizo la campaña para eurodiputá, como decían El Empanadillero Anticapi y sus mariachis. No se sabe qué opina el concejal delegado para la Transición Ecológica, José María González, que tiene delegadas las competencias sobre la materia por el mismo alcalde, en un ejercicio de doble personalidad que ríanse ustedes del Doctor Jeckill y Mister Hyde. No sabemos si el Ayuntamiento sigue con la idea, entre que sí y entre que no, los conspicuos representantes de la clase media aspiracional gaditana, el Club Náutico, ese centro donde las cuatro quintas partes de sus socios no tienen barco, ha abierto una piscina particular en el dominio público, a apenas unos centímetros del mar, donde se podrían bañar sin hacer una ocupación privativa de un espacio público. Pero debe ser mucho pedir que la gente se comporte como españoles normales y corrientes que cumplen las leyes y pagan sus impuestos. Somos un país donde gustan los privilegios, desde el superpuma al Falcon, desde una entrada de gañote para el Falla a una niñera pagada con fondos públicos , desde una puerta giratoria a una millonada de la Gurtel o una piscina. España, piscina privada y al indiferente la legislación vigente.

  • Fernando Santiago