Con la Venia

Cossi o Cossi por Manuel López Sampalo

  • Cádiz es una ciudad eminentemente conservadora. Por mucho que desde el Falla para el mundo se pretenda dar la imagen de Rojilandia o Progresburgo. Dan fe de ello las seis mayorías consecutivas de Teófila Martínez: cinco absolutas y una simple. 20 años gobernando la derecha y encadenando 6 victorias, 6, en los comicios municipales.

  • Lo de Kichi en 2015 fue fruto de la voluta o del viento revolucionario que, de fenicios a romanos, le da en la cara a este pueblo. Sumado a que el aún alcalde se subió a la ola populista que en esos años sumergió al país, de Pontevedra a Huétor Tájar, como un tsunami. Y de la que hoy todavía el anegado pueblo no se ha recuperado.

  • Sin embargo, refrendar a José María González en su segunda legislatura fue el acto más conservador que han podido llevar a cabo los gaditanos en este último lustro. Diría que reaccionario. No hay nada menos arriesgado que mantener el estatus quo. Y la gente de Cádiz vota por inercia: y Kichi, el hombre, ya estaba allí, y lo único que había revolucionado era la báscula y su fondo de armario. ¿Existe un lema más conservador que el de «Mantengamos lo que ya estaba ahí»?

  • Y sí, Cádiz, grosso modo, se ha quedado en una ciudad de perros, de ricos y de viejos ‒entiéndanme‒. ¿Y no son acaso la vejez y la riqueza los mayores enemigos de la revolución y las carreteras principales que conducen a la conservación?

  • Pues eso, apenas quedan potenciales votantes de la izquierda o de movimientos populistas en la ciudad‒«Los experimentos con gaseosa», diría un gaditano medio‒. Los jóvenes de Cádiz, si no se han ido a Madrid o al extranjero, están empadronados en Puerto Real, Chiclana, San Fernando o Jerez. Y los currelas de la Bahía, más de lo mismo, 'emigraron' al Río San Pedro o al Barrio Jarana.

  • Kichi se nutrió del voto de esos 10.000 gaditas irreductibles, muy vinculados al carnaval de calle, de ese peronismo caletero que no abandona la almendra del Casco Histórico y La Viña pese a que tengan que vivir en pisos más apuntalados que un andamio, con más humedad que en la piscina de olas del Aqua Sherry, con menos metros² que una casa del Monopoly y con un alquiler más alto que el ego de Pedro Sánchez.

  • Además, que se enfrentara a candidatos con menos carisma que un calamar y menos atractivo que un veraneo en Puertollano, ayudó bastante. Pero en 2023 Kichi ya no estará y, por tanto, los contadores de todos los partidos se ponen a cero ‒incluido el de Adelante, a pesar de tener un buen candidato en David Delacroix‒. No está de más recordar que en democracia, en Cádiz, la única vez que no se presentó a las municipales el hasta entonces regidor ‒lo hizo Fermín Moral por Carlos Díaz‒, el partido saliente se la pegó y el PP obtuvo una absoluta que le duraría cuatro lustros.

  • Gustaba Albert Rivera de citar aquella frase atribuida a Victor Hugo que dice que «No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo»; pues bien, también hay personas a las que les llega su momento: es el caso de José Manuel Cossi, del que pienso que si finalmente es el designado para encabezar al PP en las municipales tiene todas las papeletas de convertirse en el próximo alcalde de Cádiz.

  • Yo no sé si en esto tiene la última palabra Génova o Cánovas, pero desde luego sería un error esdrújulo repetir con Juancho Ortiz como alcaldable. Será un gran tipo como dicen, no lo dudo, pero no tiene ningún tirón electoral. Cossi tiene la juventud, el currículo fuera de la política, el atractivo y, sobre todo, la popularidad: algo fundamental en Cádiz y en Pernambuco. Que sea de derechas queda matizado por su faceta carnavalera: si hasta el Gago, que es el más rojo de Cádiz, dijo que lo votaría...

  • Sí, el PP gaditano tiene un serio dilema, una mayúscula disyuntiva: ¿Cossi o Cossi?