Cómics

Yo, yo otra vez y ¡Ella!

  • En esta tercera entrega de las peripecias de Zorglub, el villano más famoso de la BD. conoceremos diferentes 'facetas' de su personalidad.

Detalle de la portada.

Detalle de la portada.

Ser un genio del crimen tiene sus beneficios, de eso no hay duda (no hay más que echarle un ojo a la isla en la que se ha construido su base 'secreta'), pero claro, si Zorglub fuera perfecto poco interés tendrían sus vicisitudes. En este caso concreto, un nuevo invento, un clonador, que utiliza para cumplir los deseos de fan de un mafioso ruso, Kostrachov.

Tras un epílogo que nos deja, como es costumbre, alucinados, el protagonista tendrá que enfrentarse a varios frentes abiertos: el enorme cabreo del ruso al comprobar lo fútil de su sueño, que le dura pocos minutos, por lo que coloca la cabeza del inventor en una imaginaria diana.

Pero el hecho que va a trastocar la aparentemente tranquila vida familiar de Zorglub junto a su hija Zandra es la aparición de un nuevo clon, entre otros muchos que definen las diferentes caras de Zorglub. ¡Una mujer!

Pues sí, amigos, resulta que un tipo tan pagado de sí mismo como el protagonista tiene un lado femenino. Y no van a ser pocos los roces que la pareja tenga, ya que tras el bello rostro (y cuerpo) de Lady Z tal vez se esconda un plan secreto que va a hacer que Zorglub se tenga que poner las pilas al cien por cien si quiere librarse de lo que se le viene encima.

Poco a poco, el corazoncito (sí, lo tiene) del villano se irá ablandando y dará una oportunidad a tener una relación amorosa. ¿Y qué mejor sitio que la romántica Venecia? No hay nada mejor que navegar a bordo de una góndola por sus canales, mirar a los ojos a tu amada y, en este particular caso, tratar de evitar infructuosamente los repetidos ataques de dos matones que Kostrachov ha enviado tras de ti.

José Luis Munuera es un gran, soberbio dibujante. Pero sobre todo esto es digna de admiración su increíble capacidad para, por una parte, dotar de un ritmo endiablado a esta historia, que nos va a divertir tanto o más que sus predecesoras, y crear un argumento super divertido en el que, en esta ocasión, se lo pasa pipa jugando con los grandes iconos de la música rock y pop (no voy a nombrar ninguno, pero me gustaría destacar un momento especialmente logrado que se seguro se os ablanda el corazón a los amantes de estos géneros musicales).

Pura narración gráfica, como en los anteriores albumes, el autor se guarda un momento 'Widescreen' en el que, una vez más, nos deja boquiabiertos ante su arte, en un momento 'Clonación Máxima'.

Un cómic que pueden, y diría más, deben disfrutar todos los miembros de la familia. Desde los talluditos que hemos crecido con las desventuras de este villano que no lo es tanto, hasta los más jóvenes, que encontrarán en sus páginas una muestra de lo mejor que se publica en la BD actual.

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