Cómics

El juego más peligroso

  • No hay reglas, y el sueño para llegar a convertirse en uno de sus grandes nombres puede resultar de lo más complicado

Detalle de la ilustración de portada.

Detalle de la ilustración de portada.

¿Quién dice que la juventud española no lee cómic?

Tan solo hay que pasar por alguna librería y comprobar, atónito, la gran cantidad de manga que se publica todos los meses; las interminables colas que se forman en estos locales cada vez que una novedad llega, copando algunas de éstas puestos impensables hasta ahora en los rankings de ventas, llegando a superar en alguna ocasión a los best sellers literarios…

Es por ello que, para atraer su atención y gustos, hay que ofrecerles productos que les interesen.

Y es precisamente el caso de Banana Sioule, un cómic que publica Nuevo Nueve y que, partiendo de su formato, sabemos que se adapta al manga, en este caso el euromanga, ya que su autor es el galo Michael Sanlaville (Lastman, San-Antonio…).

Su estilo de dibujo, sin para nada recordar al que viene del País del Sol Naciente, muy cercano al cartoon, sí que utiliza el tipo de narración del manga, creando unas viñetas y páginas hiperdinámicas y que, junto al argumento, lo convierten en una opción de lectura muy, muy recomendable para ese público joven del que os hablaba al principio (y ojo, también para los más talluditos. Un servidor se lo pasado genial).

Pero hablemos de la apasionante trama, claro: Helena Silver es una activísima chica que trabaja junto a su padre en la granja en la que viven, mostrando una vitalidad inaudita.

Junto a sus mejores amigos, Manille, Denice, Naëll y Toby, forman una pandilla que se divierte lanzándose al agua desde unas alturas considerables, para posteriormente tomar el sol y relajarse. Se conocen desde pequeños, así que no hay secretos entre ellos. El sexto miembro del grupo es la mascota de Helena, su perra Faustina.

Es justo en uno de estos días cuando entra en escena Marco, un chico que, junto a sus amigos, juegan a Sioule, un deporte de pelota extremo que Helena no conoce, y que va a jugar por primera vez, demostrando que ha nacido para ello…

Sin querer estudiar, ni pensar en su futuro más próximo, el gusanillo pica a la muchacha y, pese a la oposición de su padre, su vida dará un vuelco, presentándose a la E.S.S., la escuela donde todos los jóvenes deberán pasar por unas no duras, durísimas pruebas, si alguna vez quieren formar parte de los diferentes equipos que juegan la liga del peligroso deporte.

Superación, esfuerzo, relaciones paterno filiales, secretos, peligro… Todos estos, y alguno más, son los componentes del argumento de este cómic que se lee en un suspiro, y te deja con ganas de más, ya que tanto la descripción de los protagonistas, como el estilo y narrativa gráfica (la escena de la primera prueba de acceso a la escuela es brutal) de su creador hacen que te metas de lleno en una historia que promete muchas y buenas emociones.

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