Cómics

El hippie que llegó de las estrellas

  • 'Delta 99' (1967), de Josep Toutain, Jesús Flores Thies y Carlos Giménez, una serie de ciencia ficción protagonizada por un agente de la Confederación de Planetas de las Tres Galaxias

Detalla de la portada de la obra.

Detalla de la portada de la obra.

A finales de los años sesenta, los historietistas jóvenes estaban influidos por el movimiento hippie. El Grupo de la Floresta, en San Cugat del Vallés, estaba formado por dibujantes viviendo a su aire, dejándose crecer el pelo y las barbas, entre largas sesiones de lectura, recitales de poesía, discusiones políticas... En ese estudio fue donde comenzó a dibujar la serie Delta 99 Carlos Giménez, uno de los grandes clásicos españoles, y auténtico cronista de la Transición.

Delta 99 es una obra de juventud que adelanta la siguiente obra de ciencia ficción de Giménez, Dani Futuro, publicada poco más tarde en la revista Gaceta Júnior, aún dentro de un género que no hace gala de esa visión costumbrista y autobiográfica que le dio fama.

La idea de Delta 99 surge de Josep Toutain, propietario de Selecciones Ilustradas que luego crearía Toutain Editor. Jesús Flores Thies primero, y Víctor Mora después, fueron los encargados de escribir los guiones. Para el dibujo, se contó con Carlos Giménez, quien a partir del episodio octavo dio la alternativa a Adolfo Usero, como colaborador primero y como dibujante único a partir del decimoprimer episodio.

Delta 99 es un extraterrestre de aspecto totalmente humano. Procede de la Confederación de Planetas de las Tres Galaxias, y es enviado a nuestro planeta para velar por la Tierra hasta que se integre en la citada Confederación, y para aniquilar a Peligro 1, alienígena que toma la Tierra como base de operaciones para atacar a la Confederación. Delta 99 es un cómic de ciencia ficción cuyas ideas se basan en temas de moda del momento, el año de estreno de la película 2001, una odisea del espacio, dirigida por Stanley Kubrick.

Tras vencer a Peligro 1, Delta 99 lucha contra traficantes de drogas, asesinos profesionales y toda clase de delincuentes, sin que falten, fruto de la época, los camaradas de una potencia no mencionada que quiere destruir los USA y empezar una 3ª Guerra Mundial para obtener el dominio del planeta y esclavizar a los humanos.

Las planchas de Giménez son una autentica revolución de planificación, montaje, fundidos y saltos elípticos, insólitos hasta entonces en el cómic autóctono. A partir del segundo episodio, prescinde de la división en viñetas.

En esta serie, se dota al héroe tradicional del tebeo de aventuras de los atributos del personaje de romance. Es decir, chico guapo, pelo largo, inusual en aquella época en los tebeos de aventuras. Los personajes iban vestidos a la moda del momento, melenas, pantalones acampanados, camisas floreadas, minifaldas, grandes y vistosos pendientes, peinados exóticos, jerséis de cuello de cisne, bikinis...

Este álbum incluye los primeros diez episodios de la serie, que tuvo poca fortuna en anteriores ediciones, primero con viñetas guillotinadas por Ibero Mundial de Ediciones para ajustarlas a un formato vertical, y, después, por una edición coloreada de Buru Lan en la que además se cambiaron los guiones. En 1968, cuando aparece Delta 99, el tebeo de aventuras hecho en España se había infantilizado por la Censura, pero Delta 99 supuso una bocanada de aire fresco. La portada de este integral es posterior, de 2003.

Jesús Flores Thies (Málaga, 1931-Barcelona, 2017), militar de profesión, llevaba una carrera paralela como dibujante, guionista e ilustrador. En 1967, Josep Toutain, director de Selecciones Ilustradas, le encargó que hiciera los guiones de Delta 99. Thies se encargó de los nueve primeros. Sus historias también aparecieron en la revista Creepy, ilustradas por Santiago Martín Salvador, Amador García, y Javier Santonja.

Carlos Giménez (Madrid, 1941) tiene entre sus principales características la carga autobiográfica que vierte en su obra. Paracuellos (1976), una de sus obras más celebradas, relata la vida en los hospicios de la España de la posguerra. Posteriormente, en Los profesionales (1977), relata su llegada a Barcelona, donde había sido convocado por Josep Toutain para trabajar en su agencia, Selecciones Ilustradas. También para Toutain crea Érase una vez el futuro (1980), Barrio (1977), y Jonás, la isla que nunca existió (1992). Ha guionizado la versión en cómic de El capitán Alatriste (2005), ilustrado por Joan Mundet.

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