por Javier Fernández

Vampiros y karatecas

  • La colección incluye numerosos artículos sobre películas de artes marciales, así como la reproducción a color de las portadas de la revista

Vampiros y karatecas

Vampiros y karatecas

La proverbial moda de las artes marciales de la década de 1970 dejó en Marvel personajes tan señeros como Shang-Chi o Puño de Hierro, que han gozado de una sólida trayectoria desde entonces, pero también otros de menor calado como los Hijos del Tigre, el Tigre Blanco o la Sota de Corazones (la verdad es que no sé muy bien qué pintaba este último al lado de los demás, pero lo cierto es que ahí estaba). Estos héroes, y otros tantos segundones de aquellos años, tienen un cierto halo que les ha granjeado la consideración de personajes de culto.

Los Hijos del Tigre, en concreto, surgieron en la cabecera Deadly Hands of Kung Fu, uno de aquellos magazines en blanco y negro publicados por el sello Curtis, con el que Marvel trataba de competir con las revistas para adultos de editoriales como la famosa Warren. De primeras, el reclamo principal de Deadly Hands of Kung Fu era, cómo no, Shang-Chi, del que se reeditó el origen para enganchar nuevos lectores, pero pronto la revista comenzó a producir otros seriales. En palabras del (aquí) prologuista Carlos Pacheco: "Para acompañar a las entregas sin color de aquel origen de Shang-Chi, Marvel encargó a Gerry Conway y a Dick Giordano poner en marchar las aventuras de un grupo de artistas marciales clonados de aquella película de [Bruce] Lee, Operación Dragón, tres protagonistas que respondían a los nombres de Lin Sun, Abe Brown y Bob Diamond (asiático, afroamericano y blanco), quienes, poseedores de unos amuletos (una cabeza de tigre, y dos zarpas, una para cada protagonista), les triplican las habilidades marciales cuando eran portados por cada uno de ellos. Al trío masculino protagonista se le unió una mujer, la asiática Lotus Shinchuko". Los creadores del asunto abandonaron pronto la serie, que recayó en el guionista Bill Mantlo y el dibujante George Pérez, hoy de sobra conocidos, y el crecimiento de este último a lo largo de las páginas es uno de los principales alicientes de este bonito tomo de la colección Marvel Limited Edition, que incluye numerosísimos artículos sobre películas de artes marciales, extraídos también de Deadly Hands of Kung Fu, así como la reproducción a color de las impactantes portadas de la revista.

Otra moda que arrasaba esos días era el terror, y Marvel supo sacarle buen partido con personajes como Drácula, el Hombre Lobo, el Hijo de Satán o el Hombre-Cosa. De Drácula se recuerda sobre todo la espectacular cabecera La tumba de Drácula (reeditada al completo en la misma Marvel Limited Editon), aunque el señor de los vampiros sirvió también de reclamo en otra revista de Curtis, Dracula Lives! El grueso tomo editado por Panini recupera los trece números de la serie, en su glorioso blanco y negro (eso sí, con las reproducidas a color) y sus artículos sobre el género de terror. Entre los autores implicados, nombres tan conocidos como Roy Thomas, Gene Colan, Steve Gerber, John Buscema, Tony DeZúñiga o Pablo Marcos, y portadistas como Boris Vallejo, Neal Adams, Earl Norem, Luis Domínguez o Steve Fabian.

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