En 1968, una película apocalíptica consiguió que todos sus espectadores se fuesen a la cama acoquinados. Su contundente final, con Charlton Heston lanzando diatribas contra la raza humana en una playa que ocultaba una gran sorpresa, marcó a toda una generación, cuando la guerra nuclear aún era una amenaza cierta. Se trataba de El planeta de los simios, un clásico destinado a tener descendencia. Como ocurre otras veces, el éxito de esta película generó una serie de secuelas, que por una vez tenían una lógica narrativa, ya que acabaron contando en cuatro títulos cómo los simios evolucionaban hasta la inteligencia absoluta y se convertían en los amos del mundo. Una curiosa saga que, a pesar de su coherencia con las tramas, cada vez tenía menos presupuesto y directores más rutinarios, no distanciándose en sus últimas entregas de los telefilmes de los primeros setenta. Tras La conquista del planeta de los simios, de 1973, los monos humanizados pasaron a la televisión, con una serie de imagen real que sólo aguantó una escasa temporada y otra de animación con mayor enjundia. La saga también se refugió en los cómics, convirtiéndose en un pequeño icono de la cultura popular de los 70.

Los simios parlantes durmieron un plácido sueño hasta que Tim Burton los rescató en 2001, en el que sería uno de sus trabajos menos interesantes. Curiosamente, se acercaba más al espíritu de la novela original del francés Pierre Boulle, que más que una historia apocalíptica como el primer filme era una sátira de la sociedad de su tiempo. Sin embargo, el empeño de Burton no resucitó de forma inmediata una serie de secuelas como en los 70, sino que se ha tardado diez años en llegar un nuevo largometraje, que siguiendo la moda impuesta por los títulos de superhéroes modernos va directamente al principio de todo. El origen del planeta de los simios salta varios pasos hacía atrás y versiona La rebelión de los simios, la cinta de 1973 que contaba precisamente eso, cómo nuestros parientes se sublevaban contra la raza humana. Sin embargo, en la serie original se jugaba con los viajes temporales -era un simio inteligente el que retrocedía de su mundo al pasado y lo iniciaba todo- y en que hoy se estrena se recurre a la socorrida experimentación científica.

Así, veremos a un joven investigador (James Franco) que vive día y noche en los laboratorios de una gran corporación obsesionado con hallar una cura al alzhéimer, enfermedad que padece su padre. Elabora un nuevo medicamento y empieza a probarlo en chimpancés, pero estos empiezan a desarrollar una conducta muy agresiva, lo que lleva a cancelar el programa. Sin embargo, uno de ellos, hembra, da a luz un macho, que empieza a ser criado en secreto por el joven científico. Pero a medida que el joven chimpancé va creciendo se da cuenta de que posee una inteligencia humana, efecto colateral e inesperado del medicamento. Y también empieza a desarrollar una conciencia de clase que le lleva a convertirse en un revolucionario frente a la raza humana.

Es el segundo filme dirigido por Rupert Wyatt, cuya ópera prima, The Escapist, permanece inédita en España. Freida Pinto, lanzada por Slumdog Millonaire, es la chica de la película. Y Andy Serkis, el Gollum de la trilogía de los anillos, vuelve a poner su físico para ser computerizado como el inteligente chimpancé de la historia. Ahora, habrá que comprobar si un gran éxito de este nuevo El origen del planeta de los simios genera una saga como hace 40 años.