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Cultura

Una invocación al espíritu de Triana

  • Gonzalo García-Pelayo, antiguo productor del legendario grupo, estrena este fin de semana 'Todo es de color', su libérrimo homenaje cinematográfico a la música de los sevillanos.

Una "película-experiencia", acorde a un modo "apache" de concebir el cine, para "capturar el espíritu de Triana". Todo es de color, la última película del simpar Gonzalo García-Pelayo, constituye un viaje libérrimo y embriagado de amor y sentimiento hippie a la música y las raíces del grupo por excelencia de aquella efervescencia de "rock & roll y flamencura" que a mediados de los 70 dio en llamarse rock andaluz. Desde entonces la obra de Jesús de la Rosa, Eduardo Rodríguez Rodway y Juan José Palacios Tele ha cautivado a distintas generaciones de admiradores, y a todos ellos va dirigida la película. "Cada espectador añadirá sus vivencias, los recuerdos de momentos importantes asociados a una u otra canción", explicaba ayer el director tras el primer pase en el cine Alameda, al que asistieron Rodríguez Rodway, guitarrista y único miembro vivo de la formación, y Manolo de la Rosa, hermano del cantante y teclista fallecido en accidente de tráfico en 1983.

"Pasa el tiempo y el grupo sigue vivo. Es más, el culto ha ido aumentando y eso es lo más bonito: sigue habiendo gente nueva que llega a Triana y es transformada por su música", decía emocionadísimo Manolo de la Rosa. A su lado, también "bastante afectado" por la proyección, Rodríguez Rodway reconocía que no sabía "muy bien qué decir". "Desde luego el mundo de Triana está impreso en esta película que sólo podían hacer los Pelayo", añadió el guitarrista sobre la novelesca pareja de hermanos: Gonzalo, en cuya casi inverosímil y larga lista de ocupaciones y negocios figura la de productor de los discos de Triana; y Javier, que fue manager de la banda.

Todo es de color se estrenará este fin de semana en dos cines de Sevilla, Alameda y Arcos, y en salas de Cádiz, El Puerto de Santa María, Chiclana, Huelva, Islantilla y Málaga. "Dentro de un mes la estrenaremos en Madrid y Barcelona, pero queríamos hacerlo primero aquí porque en Andalucía Triana son nuestros Beatles", afirmó Paco Millán, que con su empresa (La Góndola) produce el filme con la ayuda de Canal Sur.

"Es una película con la que puedes llorar un poquito, y con la que puedes cantar y reír. A mí me gusta decir que la película no está terminada; que se terminará cada vez que se proyecte, y en cada pase terminará de manera diferente porque es el público el que la completa y cambia mucho según el modo en que se vea: si la gente canta, si llora, si viene con la guitarra y le da por tocar, si se fuman unos pitillitos...", dijo Javier García-Pelayo, que asume el papel de maestro de ceremonias en este tributo colectivo. La película, con un mínimo hilo narrativo y en su mayoría de no-ficción (pero en ningún caso documental al uso), comienza con la emotiva visita de un grupo de amigos, familiares y admiradores al cementerio de Villaviciosa de Odón, en Madrid, donde reposan los restos de Jesús de la Rosa y, desde 2002, también los de Tele. De allí partirá el grupo, en travesía motera comandado por el ex manager y viejo amigo, hacia Los Caños de Meca, la pedanía de Barbate donde desde hace años reside Rodríguez Rodway. Por descontado, a su paso por Sevilla la expedición de rendidos creyentes hará un alto en el camino para recorrer los santos lugares del grupo: la Alameda (donde ante las columnas de Hércules y Julio César y junto a un millar de personas cantan Tu frialdad), la calle Feria y sus tabernas, las inmediaciones de la Catedral y las callejuelas de Santa Cruz, el Guadalquivir desde la orilla de Triana y la calle Betis... En el camino, siempre con las canciones del grupo en el centro (En el lago, Abre la puerta, Sr. Troncoso, Sé de un lugar, Luminosa mañana, Sombra y luz, Una noche de amor desesperada...), muchos músicos participarán en la comunión: Gualberto, Raimundo Amador, Pedro Miño, Randy López o las bandas Aljibe y Zaguán.

"Todas mis películas tienen más de ensayo poético que de narración, en todo caso lo fundamental para mí era capturar el espíritu de Triana. Prefiero que la defina el público, porque yo no sabría hacerlo", afirmó el director, que recordó que rodó Manuela, su primera película, a finales de 1975, pocos meses después de participar en la grabación de El patio, debut discográfico de Triana. Las últimas palabras que se escuchaban en aquélla eran "todo es de color", como el título del último corte del disco, y como el de esta nueva película, con la que el polifacético creador celebra que "la música y las letras de Triana están hoy absolutamente vivas" y que él mismo, más de 40 años después, vive "sientiendo que, efectivamente, todo es de color".

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