Crítica 'Edén'

Entre la euforia y la melancolía

edén. Drama, Francia, 2014, 123 min. Dirección: Mia Hansen-Love. Guión: Sven y Mia Hansen-Love. Fotografía: Denis Lenoir. Intérpretes: Félix De Givry, Pauline Etienne, Laura Smet, Vincent Lacoste, Vincent Macaigne, Greta Gerwig, Golshifteh Farahani, Brady Corbet, Hugo Conzelman, Roman Kolinka. 

Fiel a su pulso grácil y novelesco, Mia Hansen-Love (Todo está perdonado, El padre de mis hijos, Primer amor) asume ahora la autobiografía familiar a propósito de su hermano Sven, co-guionista y trasunto del protagonista de esta Edén que recorre dos décadas de esplendor y ocaso de la era del DJ como nuevo icono de la posmodernidad.

Edén nos sitúa con suavidad y voluntad antidramática en el epicentro de la escena post-disco parisina observada desde el punto de vista de uno de sus miembros, para retratar a toda una generación urbana que hizo de las raves clandestinas, las fiestas en clubes, las reuniones en bares y apartamentos, la amistad, la pasión por la música, el acceso al éxito y el dinero, la droga o las relaciones sentimentales fugaces un modo de vida hedonista con fecha de caducidad.

Hansen-Love apenas pulsa las teclas del drama (siempre acechante) y se introduce discretamente en el ritmo de estas vidas flotantes de ida y vuelta, desplegando una vez más su mejor virtud como cineasta, a saber, haciendo fluir la narración con gran capacidad sintética y elíptica, aunque a la postre el tono general le quede algo flácido y difuso.

Crónica generacional y sentimental, Edén tal vez entusiasmará a viejóvenes nostálgicos del primer fulgor de las noches blancas de los 90, a aquellos que acompasaron sus vidas con la emergencia del garaje y la nueva música electrónica, también a los mitómanos que quieran conocer los primeros pasos de ese grupo de referencia que es Daft Punk en los márgenes de esta historia.

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