El mundo que viene | Estreno en Movistar+

Epistolario secreto, deseo prohibido

Katherine Waterstone y Vanessa Kirby, protagonistas del filme.

Katherine Waterstone y Vanessa Kirby, protagonistas del filme.

Presentada en Venecia 2020, dirigida por Mona Fastvold (The Sleepwalker) y producida por Casey Affleck en el que tal vez sea un gesto de exculpación de las acusaciones de maltrato, El mundo que viene adapta la novela de Jim Shepard para trasladar a la Norteamérica montañosa y dura de mediados del siglo XIX un drama romántico protagonizado por dos mujeres, estupendas Katherine Waterstone y Vanessa Kirby, que convierten poco a poco su amistad fraguada en aislamiento en una secreta e íntima historia de amor al paso de las estaciones.

El feminismo y la homosexualidad se instalan así en un tiempo, un marco y un género (el western) que siempre los vetaron, y lo hacen a través de la voz diarística, la correspondencia y los encuentros entre ambas mujeres, un poco a la manera de la gran literatura femenina de Austen o las Bronte, preservando en cada frase y en cada inflexión poética ese afecto que sólo puede expresarse en la intimidad, lejos de los hombres y su ley.

El mundo que viene anuncia así un camino de emancipación femenina irremediablemente marcado por el destino trágico de los personajes, anunciado ya desde el inicio con el duelo por la muerte de la hija, y su incapacidad para llevar las riendas de su vida, un espacio en el que Affleck, decíamos, se reserva el papel del marido melancólico y comprensivo frente al rol violento y déspota del otro hombre del cuarteto, interpretado por Christopher Abbott. Con todo, ellos son el telón de fondo para el primer plano de una relación femenina que se fragua en encuentros y escapadas donde la palabra seduce e intensifica tanto o más que las miradas, los gestos o las soluciones de puesta en escena, aunque a la postre los cuerpos también sean convocados al juego del deseo.