El libro del amor | Crítica

Very lost in translation

Sam Claflin y Verónica Echegui con peluca en una imagen del filme.

Sam Claflin y Verónica Echegui con peluca en una imagen del filme.

Nuevo fruto de la co-producción forzada (entre Gran Bretaña y México), El libro del amor nos trae un nuevo y descafeinado romance entre opuestos en clave de comedia a propósito de un escritor inglés de medio pelo (Sam Claflin) y la traductora al español (Verónica Echegui poniendo acentos) que se ha tomado en el proceso todas las licencias imaginables para convertir su aburrida novela sentimental en todo un best seller cargado de pasión y erotismo.  

Tan misógina como levemente xenófoba en su retrato de las lectoras femeninas y el paisaje y el paisanaje mexicanos, a mitad de camino entre la estampa folclórica y los estigmas patriarcales, El libro del amor lo fía todo a la química entre Claflin y Echegui en ese viaje promocional en la carretera donde el roce hará el cariño, química que no termina de aparecer nunca y que se ve además lastrada por dos intérpretes en registros demasiado antagónicos para el match ante la mirada de abuelos, hijos, novios y lectoras desatadas.

Si la premisa del escritor suplantado o mal traducido en aras del éxito podría haber dado para algo mucho más cómico, satírico o aprovechable, Analeine Cal y Mayor lo desbarata y aplana sin remedio.