Cultura

Globos de Oro: hay espacio para la intriga

  • 'Spotlight' parece la película mejor situada en una temporada de premios sin un claro favorito. Ricky Gervais presenta esta noche los galardones.

La elegancia con la que Todd Haynes retrata la pasión en Carol, la fiebre con la que George Miller ha reinventado la saga de Mad Max, la violencia y la poesía con la que Alejandro González Iñárritu narra una historia de supervivencia en El renacido, la sobriedadcon la que Lenny Abrahamson describe el drama de la vuelta a la vida de una madre y un hijo secuestrados en La habitación o el clasicismo del homenaje que Tom McCarthy se marca al mejor periodismo de denuncia en Spotlight. Entre esos títulos se esconde el mejor drama del año, y en unas horas los Globos de Oro pronunciarán su dictamen. Hace tiempo que los galardones que concede la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood perdieron su condición de antesala de los Oscar -en las últimas entregas ha sido rara la vez que el palmarés se repetía en los votos de la Academia-, pero en esta ocasión la gala que presentará Ricky Gervais esta noche, en la madrugada del domingo al lunes para los españoles, sí puede dar pistas sobre cómo va a desenvolverse una temporada de premios que no cuenta con un claro favorito. Al humor corrosivo del maestro de ceremonias, que ha pedido esta vez disculpas por anticipado tras la polvareda que provocaron algunos chistes suyos en su presentación de 2011, hay que sumar la intriga de un desenlace poco claro.

Sí, todo apunta a que Spotlight, la reconstrucción por parte de Tom McCarthy del escándalo que supuso la investigación de un grupo de periodistas del Boston Globe de los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, se llevará el premio gordo en el reparto: la mayoría de las asociaciones de críticos han elegido este drama protagonizado por Mark Ruffalo, Michael Keaton y Rachel McAdams como la mejor película. Pero Tom McCarthy -quien por cierto no estaba esta semana entre los aspirantes al mejor director en las candidaturas de los Bafta- no las tiene todas consigo. Le sigue de cerca un veterano: George Miller y su Mad Max: Furia en la carretera se han impuesto sorprendentemente en un buen número de premios, entre ellos los concedidos por la National Board of Review, algo insólito para una cinta de acción como la que propone el australiano.

Si los votantes consideran demasiado salvaje el delirio apocalíptico de Charlize Theron y Tom Hardy podrían decantarse por Carol, con la que Todd Haynes regresa a la sofisticada delicadeza con la que ya retrató el amor contra las convenciones sociales en Lejos del cielo. El idilio entre Cate Blanchett y Rooney Mara fue recibido con entusiasmo en Cannes, aunque los Coen, que presidían el jurado, sólo tuvieran a Mara en cuenta a la hora de decidir sus premios.

Es un año en el que todo puede ocurrir, y aunque El renacido ha sido acogida con división de opiniones, puede pesar en la Asociación de la Prensa Extranjera el hecho de que el pasado año sus integrantes prefirieran Boyhood y a Richard Linklater cuando González Iñárritu competía con Birdman. Por si el panorama no es suficientemente complejo, en el quinteto de mejor drama tampoco sería lógiconegar las posibilidades de La habitación, que conmovió en el Festival de Toronto y se hizo con el codiciado Premio del Público, una distinción que en otros años anticipó la buena racha que esperaba a cintas como Slumdog Millionaire, El discurso del rey o 12 años de esclavitud.

Menos confuso parece el apartado de mejor comedia. Joy se fue desinflando tras el estreno y ha dejado vía libre a dos películas: La gran apuesta, aproximación tragicómica al colapso de Wall Street de espectacular reparto -Ryan Gosling, Brad Pitt, Christian Bale, entre otros- a la que las cinco candidaturas en los Bafta han afianzado en la carrera de premios, y Marte, la mejor película de Ridley Scott en mucho tiempo y un nuevo éxito en la bien llevada carrera de Matt Damon. El intérprete de la saga Bourne tiene serias probabilidades de lograr el Globo al mejor actor de comedia por su papel de astronauta perdido, mientras que la deslenguada y carismática Amy Schumer (Y de repente tú) parte con ventaja para el reconocimiento a la mejor actriz de comedia, con lo que vencería a su amiga Jennifer Lawrence (Joy), con la que ha escrito un guión en los últimos meses, y a las veteranas Maggie Smith (The Lady In Van) y Lily Tomlin (Grandma).

En la lucha por el mejor actor protagonista de drama la curiosidad radica en si Leonardo DiCaprio (El renacido), que ya tiene dos Globos de Oro por El aviador y El lobo de Wall Street, conseguirá aplacar las energías de un Michael Fassbender transformado en Steve Jobs, una de las interpretaciones más aplaudidas del año. Eddie Redmayne, que ya venció el pasado año por La teoría del todo, reaparece con un personaje muy lucido, el de la pintora transexual Lili Elbe (La chica danesa), y el siempre sólido Bryan Cranston (célebre por la televisiva Breaking Bad) despliega su talento ahora en el cine gracias a su trabajo en Trumbo. Con menos empuje completa la selección Will Smith, candidato con La verdad duele.

Por el Globo a la mejor actriz de drama pelearán las actrices de Carol, Cate Blanchett y Rooney Mara, y la sueca Alicia Vikander, compañera de Redmayne en La chica danesa. Tal vez, con el fenómeno Blue Jasmine demasiado cercano para premiar de nuevo a Blanchett y con la sensación de que galardonar a Mara sin incluir a su partenaire resulta injusto, la lucha estará entre las dos intérpretes que más galardones han ido sumando en estas semanas: Brie Larson (La habitación) y la irlandesa Saoirse Ronan, que a sus 21 años ha sido la elegida por la crítica de Nueva York, Washington y San Francisco por Brooklyn, la adaptación de la novela de Colm Tóibín.

Aunque los votantes podrían caer seducidos por la fuerza arrolladora de Kate Winslet en Steve Jobs o el sonado regreso de Jennifer Jason Leigh de la mano de Tarantino con Los odiosos ocho, en el capítulo de mejor actriz de reparto quien más respaldo obtiene es, de nuevo, Alicia Vikander, candidata esta vez por su papel de robot en Ex Machina. Como actor secundario se muestra aventajado el inglés Mark Rylance, celebrado por su interpretación en El puente de los espías, pero las asociaciones de críticos han reconocido la vuelta de Sylvester Stallone a los guantes de Rocky Balboa en Creed y la asombrosa conversión de Paul Dano en Brian Wilson en Love & Mercy.

Pocas dudas parecen rodear el premio a la mejor película extranjera: la húngara El hijo de Saul, ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes, se perfila como la ganadora, aunque no hay que minusvalorar el afecto que Mustang, la representante francesa, se ha ganado en los certámenes a los que ha acudido.

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