Cine

Un Espartaco con bastón

  • El actor Kirk Douglas cumple 95 años con una de las filmografías más interesantes de Hollywood a su espalda.

Es una de las pocas leyendas vivas de la época dorada de Hollywood. Kirk Douglas, que hoy cumple 95 años, aun sigue estando con frecuencia en el foco de la atención mediática, a menudo al lado de su hijo Michael. Y es que, a pesar de caminar con bastón, nada consiguió frenar a Espartaco, que a finales del pasado noviembre todavía repartió pavo a miles de personas sin hogar en Los Ángeles, como hace cada año el Día de Acción de Gracias en el barrio marginal de Skid Row, junto a su esposa Anne.

Hace tan sólo dos años Douglas todavía se subía a los escenarios teatrales con su espectáculo unipersonal Before I forget. Durante los 90 minutos del show, el actor pretendía hacer balance y explicar cómo cambió su vida la grave apoplejía que sufrió en 1996, tras la cual tuvo que aprender a hablar de nuevo.

Durante su carrera, Douglas tuvo debilidad por los personajes malvados, atrevidos y por los héroes atribulados. En tres ocasiones estuvo nominado al Oscar, por sus trabajos en Champion, The bad and the beautiful y Lust for life, en la que daba vida al pintor Vincent van Gogh. Pero únicamente consiguió la estatuilla honorífica a toda su carrera, en 1996.

Hijo de un inmigrante ruso, Douglas tuvo que pelear duro en los inicios de su carrera. Nacido como Issur Danielovitsch Demsky, creció junto a seis hermanas mayores en un barrio humilde de la ciudad industrial de Amsterdam, en el Estado de Nueva York, y para financiar sus estudios para entrar en la escuela de interpretación tuvo que trabajar como conserje o boxeador de feria.

Después de la guerra, la suerte le sonrió. O más bien su antigua compañera de estudios, Lauren Bacall, quien ya le había conseguido algunos pequeños papeles en Broadway y entonces le recomendó ante los grandes de Hollywood. Su debut en 1946 como marido alcohólico de Barbara Stanwyck en The Strange Love of Martha Ivers fue tan convincente que en seguida consiguió papeles protagonistas en cintas como The Glass Menagerie.

En total, Douglas participó en más de 80 películas, con directores tan prestigiosos como Billy Wilder, Howard Hawks, Oto Preminger o Elia Kazan, y en siete ocasiones compartió reparto con su amigo Burt Lancaster. Al igual que muchos de sus héroes, tampoco Douglas se plegó al poder. Con la creación de su propia productora, se convirtió finalmente en su único jefe. En 1960, para Espartaco, el actor y productor impuso como guionista a Dalton Trumbo, a pesar de que se encontraba en la lista negra de la caza de brujas anticomunista.

En los 80 fue retirándose del negocio cinematrográfico y aprovechó su popularidad para impulsar proyectos sociales y humanitarios, sobre todo desde la ONU. Junto a esta actividad, también se dedicó a escribir. Su autobiografía El hijo del trapero (1988), en la que detallaba sus aventuras amorosas, desató un escándalo en Hollywood, sobre todo porque en aquel entonces ya esta casado con su segunda mujer.

Junto a su hijo Michael, ganador de dos Oscar, apareció en la gran pantalla en 2003 en la cinta It runs in the family. La difícil relación entre ambos mejoró hace ya tiempo. Tras superar un cáncer el pasado año, el propio Michael reconoció que su padre no podría haberse comportado de forma más "conmovedora" durante su enfermedad, durante la que le visitó y apoyó continuamente. Durante el último Festival de Locarno, Kirk Douglas sorprendió con un mensaje de video, con motivo de una retrospectiva sobre Vicente Minnelli, con quien trabajó en varias ocasiones. Douglas lamentó no poder estar en la ciudad italiana. "¡Pero quizás el próximo año!", exclamó.

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