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Chiclana

El comportamiento machista sigue presente entre los jóvenes

  • La asociación educativa Aldea da a conocer un estudio realizado en un instituto de la ciudad, donde se percibe que apenas han cambiado los roles del hombre y la mujer

Un estudio realizado durante los tres últimos años por la Asociación educativa Aldea entre alumnos y alumnas de Enseñanza de Secundaria Obligatoria (ESO) de un instituto de nuestra ciudad arroja una serie de conclusiones nada halagüeñas sobre la disminución del machismo entre nuestro alumnado, según los datos aportados por dicha entidad.

Los cuestionarios elaborados por Aldea fueron aplicados de manera anónima y voluntaria a más de doscientos alumnos y alumnas, "con la única premisa de intentar ser sinceros al máximo, toda vez que el anonimato y la confidencialidad de los cuestionarios recogidos quedaban garantizados".

Matiza la asociación educativa que los mencionados cuestionarios variaban en su formato, aún cuando su finalidad era la misma: conseguir que el alumnado manifestase sus puntos de vista personales sobre una serie de cuestiones de índole cotidiana que se le exponían.

Según Aldea, la sorpresa de los resultados radica en que, "lejos de la idea comúnmente extendida de que el machismo en todas sus manifestaciones va desapareciendo progresivamente, se observaba claramente cómo los papeles o roles típicos de hombre y mujer están plenamente asumidos por los chicos y las chicas, a pesar de los esfuerzos que en este sentido realizan tanto las autoridades educativas como los poderes públicos en general".

Aldea realizó preguntas entre chicos y chicas que demostraban que el machismo no ha disminuido entre los jóvenes. Cuestiones como si una madre llama a los chicos para ayudarla en la cocina: el 85% respondió que no; si los chicos ponen la lavadora: el 97% contesta que no; si planchan los chicos en casa: sólo el 2% contesta que si, frente al 95% que dice no. Otras preguntas entre el alumnado se referían a que si los buenos novios de las chicas deben ser celosos (el 92% dijo que si) o si le parece bien que una chica vaya de viaje de estudios en contra de la voluntad de su novio: aquí al 86% le pareció mal. Ya por último otras cuestiones se referían a que si su madre se enfadaba con la forma de vestir de los chicos: el 82% respondió de manera negativa.

Ante estos datos, Aldea señala que "el panorama no es nada alentador. El esquema de comportamiento machista, violento o no, pero siempre indirectamente coercitivo, se aplica sistemáticamente en nuestros hogares sin que apenas nos demos cuenta de ello".

Por último, destaca que "si en diálogos abiertos con el alumnado se debaten asuntos espinosos como la limpieza en casa, las costumbres y apariencias que se exigen a chicos y a chicas, la cocina o la plancha, por enumerar los más comunes, nos encontramos con que son las mismas familias las que siguen repitiendo sistemáticamente los papeles de 'el hombre es el rey de la casa' y la mujer 'está para ayudar a mamá', y la indignación de las chicas resulta manifiesta, porque se consideran auténticamente discriminadas en su propio hogar, por el simple hecho de ser mujeres".

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