El aspecto que presenta el interior del centro de salud de Los Gallos es catastrófico y "penoso", tal y como lo definió ayer la delegada de Vías y Obras, Cándida Verdier (PSOE), tras una visita a estas instalaciones que están casi a punto de ser reparadas después de que días atrás se firmara el contrato de las obras para subsanar los múltiples daños y desperfectos que imperan en la edificación. Según prevé el Ayuntamiento, las tareas para su arreglo se iniciarán antes de que acabe este mes o a comienzos de noviembre a más tardar.

Por delante queda mucho trabajo para que este centro reúna las condiciones idóneas para que, una vez finalizadas las obras, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) cumpla con su compromiso de equipar y dotar de personal estas infraestructuras que darían cobertura a 10.000 usuarios y, al mismo tiempo, facilitaría la descongestión de pacientes en los centros de El Lugar y Padre Salado.

Los aparatos de aire acondicionado, puertas y luces se rescataron antes de ser robados

En concreto, las obras tendrían una duración aproximada de ocho meses, por lo que en la próxima primavera estarían concluidas.

No obstante, habrá que llevar a cabo un plan de choque debido al deplorable panorama que presenta a día de hoy el centro de salud de Los Gallos en el que se aprecian techos, puertas y ventanas destrozadas, infinidad de tubos de cables de electricidad tirados por los suelos, restos de latas y plásticos, cuarto de baños inservibles sin grifería, escombros, pintadas y un largo etcétera de daños.

Además, en varios puntos de la edificación existen agujeros a consecuencia de las catas que se han realizado para evaluar y en un futuro reforzar el subsuelo.

Los restos de humedad quedan reflejados en las paredes y los gamberros también han contribuido de manera decisiva al deterioro del edificio, que tuvo que ser tapiado para frenar los constantes robos y roturas que se producían en el interior del centro. Al menos, se rescataron años atrás los aparatos de aire acondicionado, puertas y luces que permanecen guardados en un almacén municipal.

Su exterior tampoco se salva, ya que la zona de aparcamientos se encuentra repleta de vegetación que ha crecido sin control a lo largo de estos últimos años.

Resulta paradójico, pero en sentido figurado se podría decir que este equipamiento sanitario se ha ganado con creces su ingreso en la UCI ante el panorama tan desolador que presenta en la actualidad.

Su nefasta construcción ha sido motivo de ríos de tinta desde que la edificación se levantó en junio de 2009. En noviembre de ese mismo año fue recepcionado por el Ayuntamiento, pero en marzo de 2010 sufrió graves destrozos debido a las inundaciones que registró la ciudad por las intensas lluvias. Pocos meses después, el Ayuntamiento hizo el primer requerimiento a la empresa constructora alegando mala ejecución de las obras. Ya en 2011 se barajó la idea de que el Consistorio ejecutara los trabajos de reparación de manera subsidiaria para luego pasarle la factura a la adjudicataria de las obras. Pero no fue hasta 2015 cuando se ha vuelto a exigir a la empresa que arregle los daños, litigio que aún se mantiene en los juzgados. El mes de junio de 2016 fue clave para el desbloqueo de este asunto, ya que la Junta y el Ayuntamiento firmaron un convenio para la restauración y reforma del centro de Los Gallos y su posterior puesta en marcha.

Verdier asegura que los cuatro años de gobierno del PP en la ciudad han contribuido al deterioro de las instalaciones "porque durante todo ese tiempo no han hecho nada, salvo tapiarlo". No obstante, lanza un mensaje positivo en cuanto a que el centro sanitario será una realidad el próximo año.

Pese a ello, el escepticismo, la desconfianza y las dudas sobre que de una vez por todas comiencen las obras y se abra este equipamiento continúa en la mente de la ciudadanía. Y con razón.