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Chiclana

La aparición de la lluvia empaña a medias la cabalgata de la ilusión

  • El cortejo y el público aguantaron el aguacero durante la primera hora del recorrido Las calles se llenaron de gente una vez que desaparecieron las precipitaciones

La temida lluvia en un día tan especial hizo acto de presencia desde poco después que arrancara la cabalgata de los Reyes Magos desde la Caseta Municipal, en la calle Goya, donde ya aguardaban cientos de personas para ver el desfile.

 

Las oscuras nubes hacían presagiar la aparición de las precipitaciones, pero la gran mayoría confiaba en que pasaran de largo, algo que no ocurrió porque a los diez minutos del recorrido del cortejo comenzó a llover por derecho. La zona de la Banda se llevó la peor parte donde el chaparrón fue más intenso. Los niños abandonaron varias de las carrozas en las que iban a bordo. Incluso la Estrella de Oriente bajó del carruaje por unos instantes para resguardarse del aguacero.

 

No obstante, los tres Reyes Magos (Melchor, encarnado por Manuel Jiménez Barrios, vicepresidente de la Junta de Andalucía; Gaspar, por el panadero Manuel García y Baltasar, por el cantante David DeMaría) y el Cartero Real aguantaron el tirón hasta el final y permanecieron en sus tronos con algunos niños que se negaron a abandonar el carruaje y que aún seguían lanzando caramelos. También estuvieron hasta el final los pajes, quienes no quisieron abandonar el séquito, pese a que muchos de ellos estaban totalmente mojados.

 

Las malas condiciones meteorológicas no evitaron que desde algunas carrozas aún se arrojaran golosinas que eran recogidas incluso de los charcos. De esta manera, durante el recorrido se lanzaron  más de 7.000 kilos de caramelos y 12.000 monedas de chocolate. Los paraguas sirvieron tanto para guarecerse de la lluvia como para recoger el mayor número de caramelos posibles.

 

La cabalgata aceleraba el paso mientras la gente se refugiaba en bares, bajo los toldos y en las puertas de viviendas a la espera de que amainara la lluvia. De hecho, el cortejo ya había alcanzado el Puente Grande tres cuartos de hora después de su salida de la Caseta Municipal. Incluso a la altura de dicho puente hubo dudas por parte de los organizadores sobre si se cambiaba el itinerario o no para llegar más rápido a la Plaza Mayor y disolver cuanto antes el cortejo.

 

Sin embargo, la comitiva siguió adelante y el tiempo dio una pequeña tregua en la Alameda del Río y en la calle La Plaza, donde hubo una gran cantidad de personas que recibieron a los Reyes Magos. Una vez aquí, los niños volvieron a ocupar las carrozas que abandonaron debido a la lluvia. De esta manera, se normalizó el desfile con miles de personas en la calle hasta llegar al  final del trayecto en la Plaza Mayor , donde se realizó la adoración de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente al niño Jesús en la Iglesia San Juan Bautista.

 

Ya sin la presencia de lluvia, la Plaza Mayor acogió a gran cantidad de personas para despedirse de la cabalgata, que desgraciadamente no finalizó con el espectáculo de fuegos artificiales previsto por el Ayuntamiento debido a problemas de seguridad.

 

Para algunos fue una pena que el chaparrón protagonizara el inicio de esta jornada tan importante para los niños, pero muchos de ellos disfrutaron a lo grande pese a que estaban totalmente empapados. Más sufrieron los padres de los chavales que no paraban de buscar a sus hijos entre los grupos que animaban las carrozas.

Bien distinto fue el acto que se celebró al  mediodía de ayer en una mañana soleada en la que se llevó a cabo la salida de los Reyes Magos a bordo de coches clásicos desde el Centro de Iniciativas Juveniles Box. Desde aquí recorrieron varias calles de la ciudad en las que muchas familias, niños y viandantes le dieron la bienvenida a Melchor, Gaspar y Baltasar.

 

De hecho, los tres Reyes tuvieron que realizar bastantes paradas a lo largo del camino, ya que la gente aprovecharon su cercanía para hacerse fotos con Sus Majestades en una mañana en la que no presagiaba lluvia, una de las máximas preocupaciones del Ayuntamiento que se hizo realidad por la tarde. 

 

Al final, las precipitaciones empañaron en parte el desfile, pero no acabó con la ilusión de cientos de chavales que desafiaron al mal tiempo y que, al final, obtuvieron su recompensa una vez dejó de caer agua y la cabalgata lució en las calles.    

 

A todo este trasiego también se sumó la afluencia de público en el centro de la localidad para realizar las compras de Reyes. Al respecto, las tiendas no echaron el cierre hasta última hora para aprovechar el definitivo tirón de las fiestas navideñas de este año. 

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