Las estadísticas de recogida de animales abandonados en el municipio durante el primer trimestre del año 2010 reflejan un total de 322 ejemplares vivos retirados por la empresa Gesser, que lleva a cabo esto tipo de servicios en la localidad.

Se trata, matizan desde el Ayuntamiento, de una cifra en consonancia con la tónica general registrada durante el pasado año 2009, lo que viene a resaltar las peculiaridades de un municipio como Chiclana, en el que se combinan núcleos residenciales urbanos y rústicos. Esta fisonomía otorga unas condiciones singulares con respecto a otros municipios de marcado carácter urbano en lo que respecta a la proliferación de animales. A este respecto destaca que en 2009 se retiraron 149, 366, 382 y 280 animales por cada uno de los cuatrimestres respectivamente.

En el extremo más positivo se encuentra la cifra de mascotas que han sido adoptadas gracias a la colaboración de un buen número de protectoras que operan en la provincia (adoptalo.com, Kimba, Pequeños Peludos, Khatucai), así como por personas que, de manera particular, se han interesado por hacerse cargo de muchos de los animales. De hecho, un total de 96 mascotas encontraron una familia de acogida, lo que supone porcentualmente que uno de cada tres ejemplares acaba encontrando un destino que le salva del sacrificio.

El servicio prestado en el municipio no sólo concierne a los animales vivos, sino también a aquellos que, tras abandono, enfermedad o accidente, acaban sus vidas en cunetas, carreteras y lugares públicos. Así, durante el referido primer trimestre del año, se localizaron 102 ejemplares en estas circunstancias. De esta forma, la cifra total de animales que ha sido objeto de actuación de Gesser en el referido periodo, incluyendo vivos y muertos, se eleva a 424. La Delegación Municipal de Medio Ambiente hace un llamamiento a la ciudadanía para que, antes de que cualquier ciudadano o familia decida adoptar una mascota, consideren siempre los pros y los contras en lo que concierne a su cuidado y mantenimiento, ya que, en ningún caso, debe compararse a un juguete que se usa y se tira cuando ya no interesa.