Balance comercial en verano

Este agosto no es tan agosto

  • Los comercios del centro de Chiclana disminuyen sus ventas en un 20% en el mes de julio con respecto al año anterior

  • Y para este mes auguran que habrá una mayor bajada en las compras

Chiclana triplica su población en verano llegando a rozar los 250.000 habitantes y, en consecuencia, la actividad comercial en la playa de La Barrosa se dispara. Pero otra cuestión es cómo influye la afluencia masiva de turistas y el aumento de la población en el comercio del centro de la ciudad.

Zapaterías, ópticas, tiendas de ropa, papelerías, electrónica o establecimientos de decoración son algunos de los negocios que se localizan en las principales calles del centro de Chiclana. Sin embargo, la pregunta radica en si estos comercios notan el boom turístico.

"Por las tardes las ventas son nulas, no hay nadie en las calles. El centro está muerto"

De ello habla el presidente de la Asociación de Comerciantes de Chiclana Centro, Carlos Arnáiz , quien asegura que las ventas en julio han descendido en casi un 20% con respecto al mismo mes del año anterior. "La ausencia del viento de levante para los comerciantes del centro no es tan buena. Los turistas que vienen a Chiclana buscan sol y playa y, por ello, lo que necesitan lo compran en la misma playa de La Barrosa. Para colmo, este agosto no tiene pinta de que vaya a cambiar la cosa. Mi impresión es que van a caer aún más las ventas".

El casco urbano concentra por las mañanas el mayor trasiego de personas. El horario reducido de algunos establecimientos, la actividad comercial en el Mercado de Abastos tan solo por las mañanas y el ascenso de la temperatura por las tardes, hacen que chiclaneros y veraneantes acudan en menor cantidad por las tardes al centro. Arnáiz se queja de que el centro por las tarde es un desierto, "no vendemos casi nada y la gente se queda en la playa porque el centro está muerto".

Otras actividades como la Noche en Blanco promueven y ayudan a que los turistas alojados en viviendas y los complejos hoteleros del Novo de Sancti Petri se acerquen hasta el casco histórico para disfrutar del ambiente y de los comercios. Asimismo, Carlos Arnáiz señala que esta iniciativa influye y fomenta las ventas pero matiza que en las últimas ediciones "se está desvirtuando mucho de lo que en un principio se quería conseguir con esta actividad comercial. Este evento sólo se concentra en una o dos calles del centro, dando como resultado una especie de mercadillo, por lo que no potencia las compras en otros establecimientos situados en calles colindantes". En este sentido, Carlos recalca la labor que se desarrollan en otros municipios como por ejemplo Vejer, que no cuentan con la cercanía de la playa y no obstante funciona de manera más que óptima el comercio en el centro.

El turista que se acerca hasta el casco urbano suele ser nacional y de clase media, "en verano, la mayoría son madrileños y sevillanos, mientras que en invierno suelen venir sobre todo vascos", manifiesta Arnáiz. Las compras durante estas fechas se centran en géneros playeros. "Los productos estrella en el sector textil son las chanclas y el bikini. La vestimenta para ir a la playa es lo que más suelen comprar", indica el responsable de la asociación comercial.

Por otra parte, Arnáiz denuncia la mala señalización vial para acceder al centro de la ciudad desde la zona de la costa, así como desde la autovía de circunvalación de Chiclana.

"La gente me pregunta que donde está el centro y yo les digo que ya están en el centro. Tenemos el Ayuntamiento y el Mercado de Abastos al lado y no existe una buena señalización que lo indique". En este sentido, expresa que no existe un atractivo de peso para que los veraneantes acudan al centro, "no existe ni un solo geranio por las calles. No están decoradas y los monumentos no son explotados como se debiera".

La situación de los comerciantes en el centro de Chiclana contrasta con el ajetreo en los establecimientos ubicados por las diferentes zonas de la playa de La Barrosa. Allí, el aumento poblacional que experimenta la ciudad en la época estival sí que tiene una repercusión directa en el comercio. Todo lo contrario de lo que ocurre en el centro, que no levanta cabeza.

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