Chiclana

El Obispado de Córdoba inicia la causa para beatificar a Pedro Manuel Salado

  • Dice que existen fundamentos suficientes para canonizar al misionero chiclanero que falleció tras salvar de morir ahogados a siete niños en Ecuador

  • A finales de septiembre se abrirá el proceso

El Obispado de Córdoba está trabajando en la apertura del proceso de beatificación del misionero chiclanero Pedro Manuel Salado de Alba, quien salvó de morir ahogados a siete niños en la playa de Esmeraldas (Ecuador). Esta heroicidad acaeció el domingo 5 de febrero de 2012, cuando el religioso junto a miembros de la comunidad misionera Hogar de Nazaret acudió con los niños y niñas que tienen acogidos a una playa cercana a la misión para que se bañaran en la playa Atacames, sin tener conocimiento de pequeños terremotos en la zona y los riesgos que llevan consigo en el mar.

Así, un remolino se llevó a siete de los menores hacia dentro, ante lo que Pedro Manuel Salado no duda en lanzarse para rescatarlos. Tras lograr salvarlos con la ayuda de un hombre que practicaba surf, Pedro Manuel no logró salir del mar por sí mismo y, con los pulmones encharcados, fue trasladado hasta la orilla sin que pudiera sobrevivir.

Recibió la Medalla de Oro y se le dedicó una estatua y una placa en una calle en Chiclana

En este sentido, el Obispado de Córdoba considera que existen razones suficientes para iniciar el proceso de beatificación y canonización del misionero chiclanero.

Por ello, hace unas semanas el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, recibió el escrito de la Congregación para las Causas de los Santos con la prórroga de competencia de la causa de beatificación del hermano Pedro Manuel Saldo. Este escrito ya ha sido comunicado al obispo del Vicariato Apostólico de Esmeraldas (Ecuador), y a la directora general del Hogar de Nazaret.

De esta manera, la legislación para la causa de los santos establece que el proceso de beatificación debe abrirse en el lugar donde el siervo de Dios murió, pero por justas causas la competencia puede ser trasladada a otra diócesis.

Así, la diócesis cordobesa ha tomado esta iniciativa debido a la nueva vía abierta por el Papa Francisco para las causas de beatificación y canonización por la que podrán ser beatificadas aquellas personas que hayan ofrecido su vida por amor.

Según Miguel Varona, director del Secretariado para las Causas de los Santos en Córdoba, en este momento el proceso se encuentra en la fase previa y ya han recibido el nihil obstat por el que la Santa Sede reconoce que no hay impedimento para llevar a cabo la causa. Posteriormente, vendrá la fase diocesana, en la que tendrá que nombrarse un postulador que pedirá la apertura de la causa y que dará los motivos por el que se debe abrir, así como una lista de testigos. Luego, el obispo deberá admitir la causa, para pasar seguidamente a la fase romana. Varona estima que será a finales del próximo mes de septiembre cuando se inicie la causa.

Pedro Manuel Salado de Alba, nació en Chiclana el 1 de enero de 1968. El 15 de agosto de 1990 se consagró al Señor en el Hogar de Nazaret. Vivió en el Hogar de la calle Osio, en Córdoba, hasta 1998, año en que fue destinado al Hogar de Quinindé (Ecuador). Allí, además del Hogar que dirigía, desarrolló una amplia labor pastoral, siendo coordinador del colegio e impartiendo catequesis y clases de Religión, entre otras funciones.

El acontecimiento de su muerte traspasó fronteras con un gran impacto mediático en España y en el mundo. Se difundió en más de 200 páginas web y varios canales de televisión y radios en España se hicieron eco de su trágica muerte y de su funeral en Chiclana el 11 de febrero de 2012, presidido por el obispo de Cádiz Rafael Zornoza y concelebrado por sacerdotes de Cádiz y Córdoba. Varios periódicos de tirada nacional y provincial también se hicieron eco de la heroicidad del misionero chiclanero.

Además, el Ayuntamiento de Chiclana le impuso la Medalla de Oro de la Ciudad a título póstumo en diciembre de 2012, la máxima distinción que concede en municipio en un acto que se celebró en el Teatro Moderno y al que acudieron miembros de la comunidad del Hogar del Nazaret y familiares.

Además, el cinco de febrero de 2017 se inauguró una estatua, obra de José Antonio Barberá, en la plaza Jesús Nazareno con motivo del quinto aniversario de la muerte del religioso. A este acto asistieron numerosos vecinos, el obispo de Cádiz, el alcalde con miembros de la Corporación municipal, la fundadora del Hogar de Nazaret, María del Prado Almagro y su madre Pilar, quien emocionada agradeció este gesto por parte del su pueblo. Del mismo modo, el pasado cinco de febrero se descubrió una placa conmemorativa dedicada a Pedro Manuel Salado en la calle Francisco Ignacio, lugar donde nació hace 50 años.

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