La Hermandad del Nazareno volvió a protagonizar en la noche de ayer uno de los momentos grandes de la Semana Santa chiclanera, el de la salida del Señor de Chiclana desde su Iglesia Conventual de las Madres Agustinas Recoletas a la Alameda Lora, abarrotada de público, como de costumbre cada Jueves Santo.

Lo dificultosa y emotiva de la maniobra necesaria para llevar a cabo la salida del paso de misterio, así como la gran devoción con la que el titular de la hermandad nazarena cuenta en la ciudad, hacen año tras año que la fachada barroca de la Iglesia de las Monjas sea testigo directo de emotivos momentos cofrades, religiosos y populares.

Tras la salida del Cristo, a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Cristo del Amor, de Tarancón, la no menos compleja salida del palio de María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista, en su caso por la puerta lateral del templo. El palio estuvo acompañado ayer por la Banda de Música Nuestra Señora de la Estrella, de Puerto Real. Cabe destacar que la primera levantá del paso la hizo el cofrade del Nazareno Francisco Vela, conocido como Paco el Chícharo, una institución en el mundo cofrade de la ciudad que padece una larga enfermedad.  

La de ayer fue una salida de cambios, en lo que a los portadores de los pasos de la hermandad se refiere, ya que uno de los capataces con más años de experiencia en la ciudad, Antonio Castilla, dejó su lugar al frente de la cuadrilla de costaleros del paso del Cristo a Rafael Díaz, un relevo emotivo dentro de la Peña Nazarena, no en vano Castilla llevaba al frente de esta responsabilidad desde el año 1991.

Asimismo, otro de los elementos destacados del cortejo que la hermandad puso anoche en la calle fue la presencia, por segundo año consecutivo, de un grupo de mujeres ataviadas con el tradicional traje de mantilla, una novedad introducida durante la salida procesional del pasado año y que en esta ocasión empieza a consolidarse como nueva seña de identidad del cortejo nazareno.

En lo que al itinerario se refiere, este año la hermandad decidió introducir alguna novedad con respecto al recorrido del pasado año, como es el caso de las calles Padre Caro, La Fuente y Fierro.

Al cierre de esta edición, el cortejo de la cofradía del Nazareno seguía su discurrir por las céntricas calles de la ciudad, ante un numeroso público que, junto a la hermandad de la Iglesia de las Monjas, tenía en la madrugada de ayer la posibilidad de presenciar el discurrir del paso del Santo Crucifijo de la Salud. El titular de la cofradía de La Borriquita hacía estación de penitencia en la madrugada del Jueves al Viernes Santo chiclanero por tercer año consecutivo, compartiendo algunas de las horas de su recorrido con la citada cofradía del Nazareno por las calles de Chiclana.