La Iglesia Mayor Parroquial de San Juan Bautista volvió a ser ayer epicentro de la Cuaresma chiclanera, como cada primer viernes de marzo.

Fueron miles de fieles los que cumplieron un año más con su tradicional cita a los pies del Cristo de Medinaceli durante una jornada en la que el transitar de devotos fue incesante, desde primera hora de la mañana, al finalizar la eucaristía que la hermandad dedicó a su titular.

Además del besapié a Jesús Cautivo y Rescatado, la hermandad también expuso en devoto besamano a su titular mariana, María Santísima de los Dolores.

El encuentro de los fieles con ambas imágenes se desarrolló hasta primeras horas de la noche, momento en el que se celebró el vía crucis claustral que la cofradía lleva a cabo como cierre de la jornada, y que también sirvió para poner fin a los cultos cuaresmales que la hermandad ha venido desarrollando durante toda la semana.

Por su parte, la hermandad de Humildad y Paciencia también celebró ayer una nueva jornada de cultos, con la celebración eucarística que dio comienzo a las ocho de la tarde en San Telmo. A la conclusión de la misma, la cofradía, junto con el resto de grupos que forman parte de la parroquia de la Santísima Trinidad, tomó parte en el vía crucis parroquial, que tuvo que celebrarse en el interior del templo a causa del mal tiempo.