Concert music festival en chiclana

A corazón entregado

  • El cantante y compositor cordobés Antonio José echó los restos ayer sobre el escenario del Concert Music Festival con un recital muy aplaudido y lleno de fuerza

Antonio José, junto a uno de los componentes de su banda, durante su concierto en Sancti Petri.

Antonio José, junto a uno de los componentes de su banda, durante su concierto en Sancti Petri. / Sonia Ramos (Chiclana)

Le podían las ganas a Antonio José de volver a pisar las tablas sagradas del directo, de sentir otra vez esa química genuina del cara a cara, de entregar el corazón a trocitos en cada estrofa. Tanto le podían que se le quedaba pequeño, literalmente, el gran escenario del Concert Music Festival de Sancti Petri, al que llevó la noche de ayer su Antídoto Tour.

El cantante y compositor cordobés echó los restos en Chiclana e hizo más grande su repertorio con un recital sin tregua donde aseguraba que el repaso iba a ser completo: "si dejo alguna fuera, perdonadme. Me encantaría estar aquí una semana cantando". Aún así las dos horas que duró el espectáculo se pasaron volando, dejaron con ganas de más a tenor del entusiasmo del público asistente que le devolvió esa energía desde el minuto uno en una sucesión de aplausos, estribillos coreados y piropos ante el buen hacer del joven artista. "¡Antonio, eres un monstruo!", gritaron desde las sillas.

Había ganas de cantar "en este sitio mágico" ya que, según explicaba a sus seguidores, "tenía la necesidad de venir a un concierto a sentir y emocionarme. En el 2020 no pudimos hacerlo pero parece que ya vemos la luz al final del túnel. Vengo con el corazón entregado incluso antes de subir al escenario". No sería la única referencia durante el recital a la sensación indescriptible de regresar tras el parón obligado de la pandemia.

Antonio José se entregó aún más si cabe tras la ausencia en esta cita renovada con su público. Por su garganta de notas sostenidas, potentes desgarros y remates engalanados de quejíos desfiló un cancionero de éxito que ha convertido al cordobés en una de las voces andaluzas más reconocidas nacionalmente. Se oyeron en Sancti Petri en la primera parte del concierto los temas Grito, Adiós, Antes de tiempo, A un milímetro de ti, Contigo –"¡qué bonito, madre mía!", le soltaron al interpretar "una de las canciones más importantes de mi vida", según el artista–, Dile –en la que ejecutó el consabido juego de espejos musical con el estribillo coreado a izquierda y derecha de las butacas–, Cuando te enamores, Deja a ese idiota, A dónde vas –delirio colectivo por descubrir hacia donde iba del artista y ante ese "no podría vivir sin Cádiz"–, Solo dime, Me olvidé –con sus versos rapeados–, y Tengo un corazón –casi a capela al final–.

Mención especial mereció la canción Andalucía, esa bella carta de amor a la tierra que le vio nacer y de la que tanto presume aquí y más allá: "me siento orgulloso por los cuatros costados de sentirme andaluz; lo digo y me emociono. Somos unos afortunados por haber nacido en esta bendita tierra –sentenciaba–", a la que "canto como si fuera la mujer más bonita del mundo, con esas playas en las que tanto me he bañado, donde he llorado y he jugado al fútbol. No podría entender la vida sin Andalucía. ¡Viva mi Tacita de Plata, la quiero y la amo con toda el alma!", exclamó para disfrute del respetable.

No es de extrañar entonces que sea inevitable, al escucharle en acción, recordar en sus notas a otras tantas figuras del pop patrio que hacen del fraseo aflamencado una de sus señas de identidad más características. Desde Bisbal a Pablo López, pasando por Antonio Orozco o David DeMaría, y sin dejar de ser personalísimo en su ejecución, el estilo de Antonio José navega entre la balada, lo acústico y lo latino, en un trayecto de referencias musicales sin derivar en estridencia alguna ni pastiche sonoro. Y con el sur, siempre, como referencia espacio-sentimental.

El artista reivindicó a “los que apuestan ahora por la cultura y por hacer conciertos”

Arropado por el buen hacer de una banda de cinco músicos y con cambio de vestuario, Antonio José encaró la segunda parte del concierto y dejó constancia de la trascendencia que para un artista tiene el ritual del directo. "No hay lugar en el mundo, ni tan siquiera mi casa, donde me pueda sentir más yo", confesó. Porque encima del escenario "hay una energía diferente, pasan cosas maravillosas, tantas vivencias. Hay conciertos que dan para escribir un disco. Tengo escalofríos, sudores, aquí uno siente corazones, latencias diferentes. Gracias por estar en los momentos más difíciles. Me hacéis mejor ser humano", continuó narrando con el corazón abierto de par en par, a gusto en Chiclana, con el público rendido a sus hechuras de galán imprevisto.

"Esta canción fue la primera que escribí la tercera semana del confinamiento el año pasado –seguía rememorando lo vivido recientemente–. Recuerdo perfectamente la noche en que la empecé y también a la primera persona a la que se la toqué. Significa mucho para mí. A veces uno no elige cuando es el momento de las canciones, lo eligen ellas. La dedico a cada una de vuestras almas esta noche", dijo el cantante y compositor antes de regalar la melodía de Cuando te vuelva a ver, un canto sincero lleno de silencios a la añoranza que recitó, casi suspiró agarrado del colgante de su cuello, como si quisiera atornillar el tiempo y contener la respiración antes de vaciarse al completo.

A tamaña intensidad le siguieron para rematar la velada, no menos potentes, Me haces falta, Hay un mundo, Tu boca –con un colofón a todo pulmón, sin micro y la audiencia ganada–, Te han visto llorar –un adelanto de lo que será su próximo álbum, previsto para octubre– y Tú me obligaste, un fin de fiesta de baile y tumbao para destensar y terminar de entregarse.

Antonio José dejó Chiclana encendida y con un mensaje que era, más bien, una reivindicación para el futuro: "gracias a la gente que tiene un par de cojones para hacer conciertos y apostar por la cultura. ¡Que viva la música!".

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