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Pito de coña

El sábado, 'carnavalete'

EL carnaval ya está en la calle. Desde que el Falla echó el telón en la madrugada del sábado, acabada la final del concurso oficial de agrupaciones, la fiesta retoma su sitio original, el lugar donde nació hace muchos siglos, desde que Don Carnal y Doña Cuaresma decidieran enfrentarse antes de que el penitencial morado cubriese la vida del hombre.

En Cádiz, ciudad como pocas de polos contrapuestos y enfrentados, hay quien defiende que es entonces cuando empieza el verdadero carnaval, mientras que para otros la fiesta más genuina acaba con la última estrofa que se canta en el Falla. Como jamás nos pondremos los gaditanos de acuerdo en este punto, y como tampoco se trata de un asunto vital, pasaremos de él. Además, hay gente para la que todo el año es carnaval, y eso puede llegar a ser grave. Respetable, pero grave.

Empiece o acabe la fiesta, el debate que debería interesar a los gaditanos y a las autoridades municipales es el declive en el que parece haber caído la noche del sábado de carnaval. Y digo parece porque servidor dejó hace ya muchos años la juvenil costumbre de pasárselo bien con un disfraz que permitía, al menos por unas horas, transformarse en otra persona o actuar de una manera distinta a la habitual. Ahora uno ve, contempla, piensa e intuye. Y no quiere caer en la trampa de afirmar que en mis tiempos el sábado no era así. Primero porque comparar épocas y generaciones es una equivocación, y segundo porque no estoy tan seguro de que, en parte, no hubiera alguna semejanza.

Basta con recordar la comparsa 'Las coplas', la agrupación del hoy presidente de los autores, Miguel Villanueva, y dirigida por Juanelo, que en su popurrí advertía de la degeneración de la fiesta en la que se podría recibir un botellazo a cierta hora en la plaza de San Antonio. Quizás lo hemos olvidado.

Hoy en día han cambiado las costumbres y el público. No sé si también el gaditano. Estamos ante la generación del botellón, y por eso el sábado de carnaval se ha convertido en el botellón que se prohíbe el resto del año. Antes se bebía manzanilla y cerveza, pero en menor medida se fabricaban cubatas en la acera o se abandonaba uno a bebidas más internacionales. Y ha cambiado el público, sobre todo el visitante, que ha crecido en número de una manera desmesurada, ya incontrolable, porque el carnaval se ha convertido en una fiesta andaluza como la Feria de Sevilla o el Rocío onubense.

Este es el 'nuevo' sábado, sabadete, el día en el que el carnaval se hace carnavalete.

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