Julio Pardo Melero. Corista y pregonero del Carnaval 2011

"Lo que puedo adelantar es que en el pregón habrá algún que otro sobresalto"

  • Uno de los autores más laureado de la historia del Carnaval reconoce que cuando suba al escenario de la plaza de San Antonio se acordará sobre todo de su madre, fallecida hace poco tiempo, y de su familia

Con un ojo en el cielo lluvioso y otro en el escenario que le espera esta noche paseó Julio Pardo ayer por la plaza de San Antonio. Junto a Diario de Cádiz repasó en voz alta los pensamientos que le asaltan a pocas horas de vivir uno de los momentos más emotivos de su vida. Intentará olvidar el cajonazo, aparcarlo cuando menos, y centrarse en el pregón del Carnaval. Será el primer corista que abra la fiesta grande de la ciudad y quiere que su pregón sea un homenaje a la modalidad y a su majestad el tango.

-¿A Julio El Tuno se le pasó alguna vez por la cabeza que un día acabaría dando el pregón de Carnaval en la plaza de San Antonio?

-Ni a Julio El Tuno ni a Julio Pardo. Siempre te lo planteas pero más como un sueño que como otra cosa. Hace 33 años no me veía yo ahora mismo aquí, atacado de los nervios y mirando al cielo para que no llueva.

-¿Supongo que tampoco aspiraría a obtener esa colección de premios?

-Pues no. Si hubiera sido por el coro que hizo Julio el Tuno, uno de los peores de la historia, pocos premios me iba a llevar. Lo que pasa es que luego va pasando el tiempo y van llegando los reconocimientos. No obstante, yo siempre lo digo y no es por darme ojana, que mi gran mérito ha sido saberme rodear de los mejores y yo creo que formamos un equipo de trabajo cojonudo y con un conjunto de voces muy bueno. Sin ellos no hubiera sido posible. Pero es evidente que el que piense que dentro de 25 años le van a dar un Oscar está muy equivocado.

-La paliza de este año ha debido ser tremenda, ¿no?

-No hay dinero para agradecer al coro, a Antonio y Juan lo que han hecho. Yo creo que la gente se lo debe agradecer porque han hecho un coro con un trabajo fantástico que no está donde se merece ni mucho menos. Se han montado dos repertorios y medio, ensayando en Sevilla, en Cádiz, ensayos de cinco horas los domingos... Luego podrá gustar lo que se vea aquí o no, pero la gente tiene que reconocer ese esfuerzo.

-¿Alguna sorpresa que se pueda desvelar?

-Hay sorpresas, pero no se pueden desvelar. Evidentemente mi coro va a estar en el escenario y va a haber mucha música de Carnaval y de tango básicamente. Para ello es la primera vez que un corista es pregonero. Pero no quiero desvelar nada porque si no la gente no va a sorprenderse. Lo que sí puedo decir es que habrá algún que otro sobresalto.

-¿De quién se va a acordar especialmente cuando suba al escenario?

-Pues básicamente de mi familia, y sobre todo de mi madre, que murió hace muy poco tiempo y seguro que se hubiera pegado una pechá de llorar viendo al gordo ahí arriba del escenario. También me acordaré de muchísimos coristas de nuestro coro que se han ido, de todos los que han pasado por él a lo largo de los años, de gente que ha colaborado, de algún que otro enemigo que se estará comiendo por dentro porque estamos ahí, porque bueno, los cariños son de ida y vuelta y los no cariños también. Pero sobre todo estoy más que agradecido a la gente de los coros de este año porque han colaborado de una manera que pocas veces se va a repetir.

-Su padre no era muy carnavalero que digamos ¿no?

-Je, pues no. Me echó de mi casa por sacar un coro. Yo creí que se iba a mosquear porque pusiera mis apellidos como autor del primer coro y puse Julio El Tuno, y luego se enfadó porque no había puesto Julio Pardo. Después, a los cuatro o cinco años era el mejor defensor que yo tenía. Era un hombre con muy buen oído.

-Sus hijos por contra sí que han salido coristas.

-Una de las mayores alegrías que yo me he llevado en mi vida carnavalesca fue el primer día que cantamos con 'La Gaditana' y al mirar para la izquierda ví a mi hijo Julio tocando la guitarra. Fue algo muy especial. Y cuando vi a mi hija el año pasado escribiendo no veas la emoción que sentí. Este año encima, con el tango que me ha dedicado, ya ni te cuento. Mi hija María, que acaba de venir de Japón donde está trabajando, también va a participar en el pregón y también es carnavalera, lo que pasa es que a ella le ha dado más por el mundo del baile. Tienen que salir a mí porque a la madre le gusta poco el Carnaval.

-¿Qué tal lleva Manoli todo esto?

-Bueno, ella no es amante del Carnaval pero es seguidora de nuestro coro. Yo tengo la bendita suerte de tener una mujer que aguanta carros y carretas, que nos apoya y que este año por ejemplo que no hemos pasado no veas la que ha formado porque está indignada. Parte del éxito de este coro es que sus mujeres apoyan a todo el mundo y nunca plantean problemas. Son las grandes sufridoras. Yo tengo la suerte de tener una que es para comérsela.

-¿Su objetivo es dar un pregón que haga historia, al igual que muchos de sus coros?

-Hombre, a mí me gustaría que el pregonero que venga el año que viene lo tenga difícil porque a la gente le haya gustado. El pregón está hecho con todo el cariño del mundo. Vamos a intentar que sea un pregón recordado en el mundo del coro y en el del Carnaval. Para todo Cádiz está hecho pero los gustos del público son imprevisibles. De todas formas creo que sí, que va a quedar en el recuerdo.

-Si de Julio Pardo dependiera nombrar al pregonero del año 2012, una efemérides señalada en el calendario por el Bicentenario de la Pepa, ¿tendría algún preferido?

-No, como nombre especial no, pero seguiría apostando por un tío de Cádiz. Yo no estoy nada mosqueado por haberse saltado la alternancia en pregoneros de Cádiz y de fuera, al contrario, y entiendo que si decide que sea un artista mediático pues muy bien, pero mi idea es que fuera un tío de Cádiz, que no tiene por qué ser del mundo del Carnaval. A esto, para que salga bien, hay que ponerle mucho cariño, y después que vengan las cámaras de televisión.

-Del Concurso no vamos a hablar mucho porque no han salido las cosas como esperaba, ¿no?

-Pues mejor no hablar porque todavía estoy muy en caliente y voy a decir cosas de las que me voy a arrepentir. Yo lo dije ayer en la recepción del pregonero en el Ayuntamiento: nosotros, durante mucho tiempo, hemos tenido la suerte de hacer felices a mucha gente que nos quiere; pues este año hemos hecho felices a los que nos odian. Y encima le hemos dado protagonismo a cinco ineptos que han humillado al mejor coro de la historia del Carnaval.

-Pero a ti es difícil cansarte.

-A mí no me cansa nadie. El que piense que esto lo puede hacer para que el coro se hunda lo lleva claro. Nosotros ya tenemos la idea del año que viene. De hecho, en el ensayo del jueves ya me estaba diciendo la gente, entre lágrimas, que cuándo empezamos. El coro no lo ha hundido nadie y ha habido momentos muy buenos y momentos muy malos.

-¿Cree que el ser pregonero ha podido jugar en esta ocasión en contra de su coro en el Concurso?

-Algunos tontos pensaron en su día que iba a jugar a mí favor, y yo puedo pensar que ha sido al revés, que han pensado que como ya estoy contento con el pregón... Pero a mí también me gusta el jamón de pata negra y me hubiera gustado estar en la final. Yo felicito a todos los que están, les deseo toda la suerte del mundo y si están es que por puntos se lo merecen. Y se acabó.

-¿Qué va a hacer la gente del coro durante la final?

-Pues no lo sé. Creo que muchos van a reunirse para verla y yo estaré en el teatro y felicitaré a todos mis compañeros porque ellos no tienen culpa de nada, tienen todo el derecho de estar ahí y a disfrutarlo.

-Del resto del Concurso ¿qué piensa?

-A mí me parece que ha sido un Concurso donde el protagonismo lo ha intentado tener el jurado y no los de las tablas; un Concurso muy polémico, con problemas de organización, entre cuyos miembros me cuento y entono el mea culpa, pero sobre todo creo que ciertas polémicas tienen que zanjarse con la velocidad necesaria como para que ni surjan. Y ahí creo que no hemos estado rápidos. Al Concurso va a haber que echarle mano al cuello porque se está escapando de las manos. Yo soy de los que dicen que cantar en el Falla tiene que ser un premio, no un derecho. A mí me gusta jugar al tenis y no me dejan jugar en Wimbledon.

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