El cañamaque

Los pabellones

SE abre el telón del Carnaval de 2009 . Expectación en la afición, ilusión en los que cantan por el día del debut . El Salmendrito (Miguel Ángel Fuertes) da la voz de “¡Vamos señores!”. El tango a escena. Comienza el concurso de las pasiones y los sinsabores. Al público en general me gustaría mandarle un aviso de tipo moral: hay que llegar a su hora para no molestar al que sí lo ha hecho. Cuando se abren cortinas todo el aforo debería estar sentado por respeto a los coristas que están en el escenario y porque es una cuestión de educación. El/La que llegue tarde debería esperar hasta la siguiente agrupación para entrar en sala. Y esto ya tendría que ser una norma.

Abre el coro ‘Los pabellones’, que a algunos les va a traer recuerdos de aquel San Juan de Dios despierto desde muy temprano, recuerdos del padre de Pepito y Rafalito Gómez Díaz complaciendo a casi todos los currantes de Astilleros y el muelle (que los hubo y muy buenos) al mismo tiempo con aquel aromático y energético café y la copa de anís dulce de la alcoholera de Chinchón. A otros les va a traer la añoranza de esta esquinita de Cádiz que huele a nuestras tradiciones en cada uno de sus azulejos y de esas paredes alicatadas con fotos de magníficas comparsas de Antonio Martín y de excelentes grupos de Pepe ‘El Caja’.

En los Pabellones, antes de partir para el carrusel, cantamos cada Domingo de Piñata para su clientela y extensa lista de amigos y en donde nos emociona cada año las lágrimas de Rafael Gómez Díaz, que viene desde Santander todos los carnavales para empaparse de su Cai, impregnarse de su fiesta y volver a Cantabria con las pilas cargadas de tangos, pasodobles y cuplés.

El tango que abre, de José Mari Barranco, que en unos años pasará a engrosar el grupo de tangueros auténticos de Cádiz, entre los que están el Noli, Paco Rosado, Quico Zamora... No sé cómo será el grupo, pero tiene que ser bueno ya que muchos de sus componentes son veteranos que todavía cantan y cantarán. La dirección es de un gran comparsista que lo va a hacer con maestría para tratar de consolidar este grupo de cara al futuro. Ni más ni menos que uno de los hermanos Alcántara, que dicho sea de paso es de agradecer que haya cambiado la comparsa por algo mucho menos goloso como es el coro. Jaime tendrá la difícil misión de cambiar el chip a dos de sus componentes para que salgan en el coro por afición, sin ánimos de revanchismo ni protagonismo, para derramar por Cádiz tangos y cuplés y para, por supuesto, rivalizar con diecisiete grupos más, no solamente con uno. Templa nervios amigo Jaime y a darlas todas, como siempre.

¡SEÑORES! VA CORTINAS!!

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