Los pregoneros

1986 Las momias de güete pa guá...

  • Fernando Pérezfue uno de los fichajes de una mítica chirigota que revolucionó la modalidad

Yllegó el gran pelotazo. Hubo que sudarlo, eso sí. 'Las momias de güete pa guá los niños' fue una sensación en un año en el que salieron otras dos chirigotas llamativas: 'Los tontos de capirote' y 'Los cubatas'. Destacar ese año tenía más mérito aún y los Villegas, el Love y compañía refrendaron lo que apuntaron con 'Los diablillos' sacando una chirigota histórica, cuyo popurrí es de obligado aprendizaje para muchos gaditanos.

Fernando Pérez Martínez fue uno de los fichajes de ese grupo junto a Chico Cornejo (que ya hizo el verano con 'Los diablillos'), Cristóbal, Andrés y Diego. 'Las momias' cuajaron en las neveras de Doeste, pero hubo ensayos en el Club Alcázar y en la peña La Tía Norica. "Como nos cogía el toro, hicimos ensayos maratonianos algunos sábados de cuatro o cinco de la tarde a doce de la noche. Nos llevábamos hasta una pelota para los descansos", cuenta Fernando Pérez. Como curiosidades, se probaron "cuatro o cinco" músicas de cuplés y cuando Nandi Villegas llevó el pasodoble "Vivo en una casa, que tiene una ventana, ventana que da a la calle..." el grupo, no acostumbrado a la concatenación de palabras, creía que al autor estaba de broma. Somos las momias de güete, a dá por culo al cohete. "Tuvimos que preguntarle a Nandi qué significaba el estribillo. En esos tiempos, él tenía una gran conciencia antinuclear y las momias eran juguetes amables contra los juguetes bélicos", explica este chirigotero.

A pesar del disparatado estilo, Fernando recuerda que había "mucha disciplina a la hora de afinar, porque los Villegas tenían el sello de su padre. Mucho cachondeo, pero la nota había que darla".

Dice Pérez que en los ensayos no tenían ni idea del potencial de la chirigota que llevaban entre manos. "Íbamos con la misma filosofía de 'Los diablillos', pero fue en la semifinal, en la que coincidimos con 'Los cubatas' y 'Soplos de vida', cuando ya se empezó a hablar de nosotros", destaca. El pase a la final estuvo enturbiado por la polémica del cajonazo a 'Los cubatas', lo que llevó a dos de las tres finalistas, las propias 'momias' y 'Los tontos de capirote', a recordar a sus compañeros 'acajonados' cantando su estribillo en la gran noche. "Eso fue un momento grande del Carnaval de Cádiz, con todo el Falla de pie", afirma. Apunta Fernando Pérez que 'las momias' fue un "merecido" primer premio, mas reconoce que no sabe qué hubiera pasado de haberse clasificado también 'Los cubatas'.

En la calle se vivió la verdadera dimensión de esta chirigota. Era una obligación ser originales y el grupo recorrió la ciudad sobre una batea. "Una madrugada en La Viña, cuando acabó el concurso de popurrís, aparecimos por allí y de pronto nos vimos rodeado por miles de personas cantando a la vez que nosotros el popurrí. Todavía lo recuerdo y se me pone el vello de punta".

Como era tradición en esta chirigota, uno de los dos domingos de Carnaval fue al partido del Cádiz, que jugaba por la mañana contra el Sevilla. Fernando se ríe al evocar la situación: "Llegamos a las gradas y todo el mundo loco con nosotros. Ole, las momias, qué arte. Y empieza el Sevilla a meter goles: uno, dos, tres y hasta cuatro. Ya con el segundo la afición mirándonos con mala cara. 'Irse ya hijo, qué sangangui'. Ahí comprendí que el Carnaval era gafe para el Cádiz".

La chirigota del Love se doctoró en el Carnaval con 'Las momias' y reinventó la modalidad. Esta agrupación fue pionera y muchos de sus conceptos sirvieron para moldear la chirigota tal como la conocemos hoy día.

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