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Carnaval

Los maestros del engaño sacan la sonrisa al teatro de las verdades

  • La chirigota del Selu, sin despuntar, protagoniza una amena décima función junto al coro de Martínez Mora

Mientras fuera arreciaba la tormenta, el Gran Teatro Falla acogió otra buena noche de coplas. Los asistentes a esta décima función clasificatoria tuvieron la suerte de presenciar una sesión de nivel más que aceptable, con Martínez Mora y el Selu como grandes reclamos. Sin llegar a encandilar, coro y chirigota presentaron sus credenciales en una jornada que de nuevo contó con un puñado de secundarios de buen nivel, como las comparsas de Raúl Villanueva, Barbate y Sanlúcar y la chirigota del Toté.

Arranque de dulce con el coro de Martínez Mora, unos pasteleros franceses con un conjunto de voces de altura, perfectamente conjuntado. La interpretación fue el punto fuerte de La boutique, por encima de un buen repertorio que fue ligeramente a menos en el popurrí. A continuación la agradable comparsa barbateña Los coco, que tuvo el detalle de dedicar uno de sus pasodobles a la mítica comparsa Filo andaluz cuando se cumplen 30 años de su triunfo en el Falla. Precioso homenaje con los componentes de aquel grupo junto a ellos sobre las tablas, el punto fuerte de su buena actuación. Tienen posibilidades de volver en cuartos.

Turno para conocer al nuevo personaje que ha preparado el Selu este año, tras dos años repitiendo en la final con ¡Viva la Pepi! y Las verdades del banquero. En esta ocasión, unos maestros en el arte del engaño fueron los que se enfrentaron al juicio del en ocasiones denominado teatro de las verdades. Y lo cierto es que Pepe Trola gustó pero no enamoró en su puesta de largo a un Falla que se quedó algo frío tras oír el repertorio de un personaje que no terminó de enganchar. No se discute la gracia y tablas de un grupo acostumbrado a ir a más y por eso vendrán seguro letras mejores en pasodobles, cuplés y puede que hasta en un popurrí con altibajos, más de sonrisa que de carcajada. Aunque, a su favor, también hay que recordar que el año de Los enteraos el primer día tampoco pegaron del todo y lo que pasó luego es historia del Carnaval… El personaje tiene margen de mejora, pero qué daño ha hecho, sobre todo para el aficionado, eso de que no cuenten los puntos de preliminares...

Culminó una buena primera parte la comparsa portuense Loquito por verte, que completó un más que digno pase. El buen nivel se mantuvo tras el descanso, con la chirigota del Toté Los quintero. Imitando al presentador Jesús Quintero, ofrecieron un simpático repertorio, sacando toda la punta al personaje. La noche fue a menos con el paso de las horas. Agradó, sin más, la comparsa de Sanlúcar, apoyándose en un divertido y nada convencional -menos en comparsa- tipo de palomas mensajeras. Algo más floja estuvo la chirigota de Algeciras, con poca chispa; y cerró la comparsa portuense Conjuro, todo un despropósito. La puntilla para el poco público que quedaba en el teatro, una afición que tuvo que despedirse del calor de las coplas y enfrentarse de nuevo al temporal que azota la provincia. Y es que la lluvia mejor si es de coplas, dónde va a parar.

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