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DOÑA CUARESMA

La de ladrillos coloraos

YA estamos sufriendo, y lo que nos queda, con la casa de los ladrillos coloraos. Un tema que la verdad es que me enerva.

Muchas veces me pregunto si esto de ser de Cádiz tiene recompensa, sobre todo con la carga que lleva ser de esta ciudad en temas como el de la casa de los ladrillos coloraos.

Este año, nada hay nuevo bajo el sol en esta ciudad, tenemos que soportar no solamente lo que ese desdichado recinto nos trae, ya de por sí insufrible. Lo peor son los "artistas" que de allí afloran, que de allí nacen y crecen.

Este año ha salido una pareja de estas que hacen fortuna en Cádiz: como Paco Alba y Villegas, como El Peña y El Masa, como Pepete y Belica, como Topete y Columela. Parejas para unos gloriosas, para otros nefastas. Para mí la mejor pareja de Cádiz es San Servando y San Germán, sin mencionar las parejas de vaquitas de arrastre. Pero cada vez que sale una pareja nueva tiemblo y, por ende, si surge de la famosa casa de los ladrillos coloraos, me entran los siete dolores.

Por si no se han dado cuenta, la casa de los ladrillos coloraos es la Aduana, y la pareja es la que usted se malicia.

Y ahora me dirá el lector: ¿Y qué tiene que ver lo de la Aduana con el Carnaval, querida Doña Cuaresma?

-Porque eso sí que es una chirigota.

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