DOÑA CUARESMa

El jurado es un caso

ESPERO que quien haya leído en este periodicucho, número de ayer, la entrevista al secretario del jurado en los últimos ocho años, esté tan asqueada del Carnaval como yo.

Porque me da la razón en todo lo que vengo sosteniendo desde hace muchos años: lo del Carnaval de las coplas es lo más chungo y chusco que hay.

Que fue presionado por agrupaciones, Ayuntamiento o políticos cuando fue jurado; que los jurados hacen comentarios desafortunados o que un jurado se negó -con una borrachera terrible- a firmar el acta. No sé si lo anormal es que se negara a firmar el acta o que estuviera borracho, porque leyendo los menús de las cenas, no me extraña. Lo escandaloso no es que no firmara el acta: ¿Pero cómo dejaron a ese hombre votar borracho?

Pero ahí no queda la cosa: cuando el coro "Periquitúliqui" el jurado metía en la final a quien le daba la gana, sin ver los puntos; o el caso del presidente y un vocal pegándose a piñas en las deliberaciones; o los que ponían cero por sistema a las agrupaciones que no eran del estilo que les gustaba. Por no hablar, como dice claramente, de los sobornos con cartones de tabaco y botellas de güisqui.

Ni SGAE, ni Gurtel, ni el Bigotes, ni los EREs de la Junta, ni la Hípica de Bono, ni ministros en las gasolineras, ni Urdangarín: el jurado del Falla.

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