antonio martín garcía. autor.

"Jarcha fue ese año una inspiración"

  • El autor de 'Los mandingos' dice que en 1977 abrazó la libertad "y después de 50 carnavales no la he soltado"

"jarcha fue ese año una inspiración"

"jarcha fue ese año una inspiración"

"Hasta entonces yo era un autor de las Fiestas Típicas, nacido en ese ambiente". Antonio Martín abrazó la libertad en el año 1977 reclamándola a través de un grupo de esclavos llamados 'Los mandingos' que consiguieron el primer premio en el primer Carnaval de febrero tras la Dictadura. Es el único autor de ese año que hoy, en 2017, sigue en la brecha, toda vez que José Luis Bustelo, ese año creador de 'Al Capone y sus matones', se ha tomado un año de descanso y que otros como Luis Ripoll o Miguel Villanueva se han retirado. El coplero se rebela contra quienes quieren colocarle el cartel de autor de las Fiestas Típicas. "Quienes quieren tacharme de autor apegado al régimen lo hacen desde el desconocimiento y también por intereses carnavalescos. No son capaces de aportar también mi obra desde 1977, en la que no me he casado con nadie a la hora de criticar", dice rotundo. Y es que "eran otros tiempos, estábamos engañados y nos vendían una España que no era así. Yo estaba en un mundo carnavalesco porque me gustaba cantar y componer coplas, fuera mayo o febrero. Y cuando llegó la libertad, la abracé y desde entonces, con 50 años de Carnaval a mis espaldas, no la he soltado".

Apunta sus "numerosos" pasodobles al PSOE y al PP hasta la fecha, incluyendo que fue "uno de los que se mojó, con otros compañeros, para que devolvieran el Gran Teatro Falla al Carnaval, pues recordemos que los socialistas estaban dispuestos a no dejarnos entrar a principios de los 90".

Reconoce que antes de 1977, cuando el Carnaval recuperaba su nombre y su mes, "vivía en un total desconocimiento. Y no me eduqué como hubiera querido, eso lo tengo claro. En la Mirandilla me obligaban a cantar el 'Cara al Sol'". Pero fue entrar a trabajar en la Aeronáutica, antes de 'Los mandingos', y cambiar la percepción de su entorno. "Entré a formar parte de la lista de la CNT, ganando las elecciones. Ahí me abren los ojos los amigos sindicalistas y me doy cuenta de que el cambio era una necesidad. Dejaba de ser un ignorante y empezaba a tomar conciencia de lo que se estaba gestando. Participaba en las huelgas, cuando el líder allí era Hipólito García. Yo era un chiquillo con zapatos nuevos, un chiquillo jugando a la guerra", evoca. Asegura que "de alguna manera me enfadé con quienes me rodeaban porque en el entorno familiar no se hablaba de política. En mi casa de la calle San Vicente había gente de los dos bandos de la guerra y las paredes eran muy finas".

"Antes me daba igual todo, pero una vez que entré a trabajar lo vi de otra forma. Y encontré con 'Los mandingos' una forma de cantar y de posicionarme políticamente con el repertorio. Fue un gran cambiazo en el contenido de las letras. Pasé de la nada al todo", añade. A partir de ese Carnaval "todo el mundo empezó a largar". Como su comparsa rival de ese año, 'Nuestra Andalucía'. Dice Martín que "hablaba mucho con Aurelio Real en El Gavilán, donde paraban muchos comparsistas. Recuerdo que llevó allí un día un disco del grupo 'Jarcha', que era lo más atrevido del momento. Jarcha fue una inspiración para ambas comparsas. Las dos despedimos el popurrí con 'Libertad sin ira'".

Destaca Antonio Martín que "tanto nos habían robado la palabra libertad, tan codiciada, que se nos llenó la boca ese año en los repertorios. Yo descubrí la libertad en la Aeronáutica y luego la llevé al Carnaval". Pero aclara que "no se puede decir que fuésemos unos valientes. Lo fueron de verdad los viejos copleros como Gustavo Rosales, que lograban criticar burlando a la censura. Tampoco se puede calificar hoy a un autor de valiente porque se puede decir de todo, que no pasa nada".

Si hay un recuerdo imborrable de ese memorable 1977 en la mente del coplero es el ensayo general de 'Los mandingos' en la Aeronáutica. "Vi a gente llorando, sobre todo viejos luchadores por las libertades que no veían el momento de escuchar a una agrupación cantando con esa libertad". El mandingo ya era libre. Como el Carnaval.

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