Cádiz, señorita del mar, novia del aire. Cádiz, emporio del orbe. Cádiz, la ciudad más antigua de Occidente, se prepara de nuevo para la guerra.

Antes eran ingleses o franceses los que pretendían el asalto de la ciudad. Hoy es la hez carnavalera la que se dispone a tomar las calles.

Ya lo habrán leído en el Diario. Ya hemos comenzado a vaciar las fuentes públicas y a taparlas con tablas protectoras. A lo largo de la ciudad estamos colocando infinidad de urinarios químicos para disuadir al publico carnavalero para que no haga sus necesidades en la calle. Los bares están disponiendo trincheras como en la playa de Normandía, con neveras metálicas para impedir que el público pueda echar una buena meadita. Todo está dispuesto para el asalto carnavalesco.

Antes, cuando nuestras autoridades eran gaditanas de verdad, nos aprestábamos a la defensa. Hoy, a cambio de unas tasas, el Ayuntamiento permite que el enemigo instale su artillería dentro de la ciudad: tartanas, churros laxantes, turrones caducados y manzanillas remontadas.

Hágame caso. Abandone su casa; compruebe que las ventanas están cerradas; coloque tablones en la puerta para que no entren las meadas y saque un billete en los Comes.

Escape. Las autoridades nos han vendido. Y a la tacita de plata, que le den viento fresco.......por la popa.